domingo, 17 de noviembre de 2013

Especial Nature Methods sobre mapeo cerebral

Hace unos años para el boletín del Colegio Colombiano de Neurociencias (COLNE) escribía una sección sobre tecnología. Y en uno de los números escribí un texto sobre "Atlas Cerebrales" en donde intentaba mostrar algunos mapas que habían sido construidos para fomentar el estudio y entendimiento de diferentes aspectos del cerebro, tanto en modelos animales como en humanos. Dentro de los mapas descritos se encontraba el realizado por el instituto Allen para ratón y humano. Han pasado varios años y es impresionante el avance y las ventajas que han ofrecido para el mundo el instituto Allen. He tenido la oportunidad de seguir varias de sus publicaciones y he incorporado algunas de sus herramientas en los contenidos de clase para el estudio de anatomía y genética.

Tomado del Boletín del COLNE, Vol 2, No 1, 2011 - Aquí se puede consultar el artículo completo
En esta oportunidad la prestigiosa revista Nature Methods ha dedicado un número especial (junio 2013) sobre técnicas de mapeo cerebral, recogiendo y explorando algunas de las herramientas que intentaba exponer en mi artículo. Como se señala en la editorial de este número (Pastrana, 2013); el objetivo de las técnicas de mapeo cerebral es, en general, entender diferentes componentes de la estructura o función cerebral. Son tan amplias y rápidas las modificaciones tecnológicas realizadas para este propósito que tenemos desde técnicas ópticas y moleculares, hasta registro de actividad cerebral en tiempo real y cerebros transparentes, pero es únicamente bajo la cooperación de matemáticos, físicos, estadistas, químicos y demás profesionales de la ciencia básica que es posible desarrollar más y mejores técnicas para registrar el funcionamiento y la estructura cerebral.

La primera anotación técnica se realiza al trabajo desarrollado por Joshua Sanes & Jeff W. Lichtman y denominado "Brainbow"; en el cual las neuronas individuales son etiquetadas por un color distinto,utilizando animales transgénicos con el sistema de recombinación genética Cre-LoxP, en el que se expresan diferentes proteínas fluorescentes, para determinar las prolongaciones y conexiones a grandes distancias (Center for Brain Science - Harvard). Es una de las técnicas que se utiliza en el movimiento denominado "Conectómica" que pretende determinar en detalle la forma como diferentes componentes del cerebro está conectado.También se relaciona la participación de Sanes en el proyecto BRAIN (Brain Research through Advancing Innovative Neurotechnologies) financiado por el gobierno de Estados Unidos y que pretende "mapear los patrones de actividad cerebral en miles de neuronas conectadas en circuitos que subyacen al comportamiento" (Marx, 2013, p. 449). En este proyecto la técnica Brainbow podría ayudar a los primeros intentos por determinar patrones de conexión entre diferentes especies y en cerebros completos.

Imagen 1: Dentate Gyrus.
tomada de Center for Brain Science - Harvard University 
Posteriormente en el artículo de Bargmann & Marder (2013) se hace una comparación en la estructura y dinámica de circuitos neuronales en invertebrados y vertebrados mostrando un paralelo biológico y una dinámica biológica común. A partir de información de estudios electrofisiológicos y de microscopia electrónica se han rastreado los patrones de conectividad e interacciones en invertebrados desde hace varios años. La identificación de tipos de neuronas, tipos de sinapsis (químicas o eléctricas) o ritmos de activación pueden predecir con gran precisión la fuerza e importancia de diferentes conexiones. Sin embargo, a pesar del avance en técnicas en la detección de actividad sináptica (medición de calcio, voltaje y liberación sináptica) poco se tiene para la medición de conexiones eléctricas (gap junctions) y menos aún para la influencia de los actores como moduladores sobre la influencia directa en la actividad de neuronas o circuitos, frecuencia o patrones motores generados. Finalmente, esta muy distante la descripción de conexión en partes complejas y completas de cerebros grandes, haciendo necesaria la creación de laboratorios con capacidades inmensas y no como los laboratorios convencionales que conocemos.

Imagen tomada de Bargmann & Marder (2013). The conectoma de C. elegans mostrando las 302 neuronas y su sinapsis químicas pero no gap junctions. En la imagen los círculos rojos son neuronas sensoriales, los círculos azules son interneuronas y los círculos verdes son neuronas motoras.
En el siguiente texto de O. Sporn (2013) se realiza un comentario sobre diferencia entre los mapas generados por de conectiviad (conectómica) y los mapas de patrones dinámicos de conectividad funcional y la necesidad de desarrollar nuevas estrategias para el análisis y modelado de datos cerebrales. Estas estrategias dependerán del desarrollo de técnicas a nivel computacional e incluso teóricas para poder comprender estructura y función. Estas técnicas para poder identificar la estructura neural deben estar soportadas en un gran interés por identificar componentes biológicos de células que al parecer son particularmente especiales. Así, Morgan & Lichtman (2013) señalan características especiales de las neuronas con respecto a otros tejidos, como: 1. el cerebro tiene más tipos de células que cualquier otro órgano; 2. el patrón de conectividad es geométricamente muy complejo lo que repercute en la forma en cómo se comunica y actúa sobre otros órganos; 3. estos contactos especiales permiten comunicaciones bidireccionales, particulares en el cerebro; 4. la comunicación particular entre la información genética y expresión de la misma a partir de la interacción con el ambiente.

A pesar de estas características particulares han surgido fuertes críticas al proceso de conectómica que son respondidas por Morgan & Lichtman (2013), por ejemplo, una de las críticas más fuertes se basa en que la identificación de propiedades estructurales en algunos individuos tiene poca generabilidad en virtud de la variabilidad de estructura entre individuos; el disparo e integración de respuestas neuronales está determinado por la cantidad de receptores y la modificación de propiedades fisiológicas en las células. Esta característica varía entre células y entre individuos lo que haría un proceso de conectómica inviable de generalizar. Estas y otras críticas son discutidas a profundidad. Los autores finalizan su texto proponiendo que es viable y necesario el desarrollo de mapas de conexión básicamente porque los métodos tradicionales de análisis de sinapsis uno a uno no dan cuenta del proceso complejo que subyace al comportamiento, es necesario conocer en detalle la conformación del cerebro de forma que soporte los hallazgos en campos más específicos y es probable que durante el proceso se detecten características no conocidas de funcionamiento, lo que podría repercutir en áreas diferentes a la neurociencia.

Quizás uno de los artículos más interesantes del especial es el escrito por Chung & Deisseroth (2013) describiendo su técnica de CLARITY. Esta técnica consiste en crear una estructura de hidrogel que permite una fijación dentro del tejido para luego remover los lípidos de las células sin alterar mecánicamente el tejido. Está técnica crea entonces una estructura híbrida estable que permite cambiar la forma de estudiar la conexión cerebral y pasar de tajadas cerebrales con técnicas de microscopía tradicional a una técnica que permite estudiar el cerebro completo con técnicas moleculares complementarias.

Imagen tomada de: Chung & Deisseroth (2013). CLARITY for mapping the nervous system. Detalle del proceso de creación de la estructura híbrida de hidrogel.
A propósito de la técnica de CLARITY se produjo y difundió hace algunos meses un video (Nature Methods) que muestra lo vistoso de la técnica y su posible potencial al cambiar un paradigma que incluso recuerda los estudios pioneros y fundamentales de Santiago Ramón y Cajal.


Finalmente, hay otros artículos que muestran varios proyectos que intentan determinar la estructura y conectividad de diferentes especies, en donde el Allen Institute promete un gran avance en este campo por sus hallazgos y sus proyectos a futuro, como lo menciona Osten & Margrie (2013). Esta es una lectura obligada si el interés es tener un amplio espectro de técnicas, limitaciones y potencialidades de los estudios para el mapeo cerebral

--César Acevedo-Triana--

Referencias
ResearchBlogging.org




Cai, D., Cohen, K. B., Luo, T., Lichtman, J. W., & Sanes, J. R. (2013). Improved tools for the Brainbow toolbox Nature Methods, 10 (6), 540-547 DOI: 10.1038/nmeth.2450

Chung K, & Deisseroth K (2013). CLARITY for mapping the nervous system. Nature Methods, 10 (6), 508-513 PMID: 23722210

Bargmann, C. I., & Marder, E. (2013). From the connectome to brain function Nature Methods, 10 (6), 483-490 DOI: 10.1038/nmeth.2451

Morgan, J. L., & Lichtman, J. W. (2013). Why not connectomics? Nature Methods, 10 (6), 494-500 DOI: 10.1038/nmeth.2480

Osten P, & Margrie TW (2013). Mapping brain circuitry with a light microscope. Nature Methods, 10 (6), 515-523 PMID: 23722211

Pastrana, E. (2013). Focus on Mapping the Brain Nature Methods, 10 (6) DOI: 10.1038/nmeth.2509

Sporns, O. (2013). Making sense of brain network data Nature Methods, 10 (6), 491-493 DOI: 10.1038/nmeth.2485



domingo, 20 de octubre de 2013

"Conectómica" un movimiento que no se puede limitar al cerebro

Tabla de Contenido - October 2013
En el número de octubre de la revista Neuroinformatics (Volumen 11, issue 4, 2013) la editorial está dedicada a la exposición de varios proyectos en neurociencia para poder unificar una cantidad importante de conocimientos. Dentro de los grandes proyectos generados en los últimos años (Brain Research through Advancing Innovative Neurotechnologies BRAIN por US y Human Brain Project - HBP por la comunidad europea) se han agrupado una serie de iniciativas que intentan determinar de forma muy precisa aspectos del funcionamiento cerebral que permita entender un funcionamiento normal y patológico.

Parte de estos esfuerzos se centran en reunir una cantidad importante de estudios y experimentos que han sido generados de forma aislada. Cuando se estudia el cerebro en diferentes niveles de análisis (genético, molecular, celular, anatómico, de función) es necesario generar mecanismos para sintetizar y reunir la gran cantidad de esfuerzo y articulación que se debe existir para que estos estudios sean coherentes y contribuyan de forma importante en el entendimiento cerebral.

Esta integración que deberá terminar con explicaciones coherentes plantea desafíos a nivel de desarrollos informáticos que puedan albergar y manejar una cantidad de información a nivel tecnológico nunca antes planteada. Por lo tanto, los esfuerzos en generar el ambiente tecnológico e informático propicio puede abarcar gran parte de todo el proyecto.

Adicionalmente, los movimientos académicos que intentan explicar la forma como está conectado el cerebro, desde imágenes hasta cerebros transparentes, han mostrado importancia de entender el fenómeno de conexión y han involucrado múltiples universidades, institutos, consorcios y han reunido muchos años de trabajo. Así, no es posible que cada uno de estos actores reclame para sí la totalidad de conexión cerebral, sino que, deberá estar en "conexión" con otros institutos/universidades/laboratorios para poder entender y dar sentido a un esfuerzo propio. En este sentido, la conexión estudiada no puede tener sentido sino hay una red (conexión) entre estos esfuerzos.

Parte de la evidencia son los proyectos, plataformas y diversas redes de conocimiento (NeuroLex, por ejemplo) en torno únicamente a poder unificar la forma de producir, entender y generar el conocimiento. Esto hace referencia a otro nivel de conexión, es decir, que la forma de establecer y producir los resultados sea acorde a una red semántica estandarizada que permita unificar y producir un tipo de conocimiento funcional.

Estos movimientos para generar redes de esfuerzo conjunto, propuestas coherentes y estandarización en la producción de conocimiento son una evidencia de que el estudio de "conectómica" no puede limitarse al estudio cerebral sino que por el contrario deben estar soportados en una comunidad conectada académica, tecnológica y socialmente.

--César Acevedo-Triana--

Referencias

ResearchBlogging.org Maryann E. Martone, & Giorgio A. Ascoli (2013). Connecting Connectomes Neuroinformatics, 11 (4), 389-392. DOI: 10.1007/s12021-013-9207-0


lunes, 30 de septiembre de 2013

"Enfermedades mentales" un campo no aislado con urgencia de evidencia

El campo de las denominadas "enfermedades mentales" ha sido un fenómeno que han reclamado varias disciplinas al tiempo, generando tratamientos y respuestas paralelas, en muchos casos excluyentes y bajo paradigmas teóricos aislados. Dentro de las disciplinas a las que pertenezco (psicología y neurociencia) he propuesto que la investigación y el conocimiento que se genera no puede obedecer a un criterio administrativo o social, desconociendo que la organización de la naturaleza y los fenómenos mismos son independientes de la construcción que hacemos otorgando objetos de estudios limitados y excluyentes a las disciplinas. Contrario a esto, considero que, independiente de la disciplina a la que se pertenece, es posible realizar una investigación pertinente aun cuando aparentemente se escape del alcance tradicional del área. El tema al que me refiero es el que se denomina "enfermedades mentales".

Van Gogh Self-Portrait with Straw Hat 1887-Metropolitan
Dentro del área de la psicología clínica y de salud hay una gran investigación y desarrollo desde hace más de 60 años en cuanto a diferentes tipos de psicoterapia -sin entrar a distinguir entre escuelas de pensamiento-. Este desarrollo académico ha obedecido a múltiples factores, por mencionar dos, podrían ser: 1. El reconocimiento de que la salud "mental" escapa al tratamiento tradicional de la medicina y 2. Porque los problemas "mentales" tienen repercusiones en el comportamiento de los individuos y esto se encuentra en un campo de psicología tradicional. Pero, uno de los problemas de estas técnicas de psicoterapia es que han desconocido avances importantes que son de áreas diferentes pero que añaden elementos y causas para las explicaciones a los fenómenos. Entiendo que una parte importante de este desconocimiento obedece a dinámicas económicas o políticas que escapan al alcance académico -y este no es el objetivo de este post-.

Volviendo al campo de las "enfermedades mentales" (EM) la medicina y específicamente la psiquiatría también ha reclamado como propio el tratamiento y explicación de estos fenómenos. A diferencia de la psicología, y creo saber porqué, la medicina ha modificado parte de su explicación y tratamiento con base en evidencia y explicaciones de áreas diferentes a la propia medicina. A propósito de este proceso, Walter (2013) propone una división de paradigma en la explicación de las EM. El primer paradigma, o la primera ola; como lo denomina Walter (2013), obedeció a la identificación de las EM en relación con el sistema nervioso en la segunda mitad del siglo XIX y surge como una oposición a visiones moralistas y somáticas tradicionales en estas explicaciones. Dentro de las apuestas más importantes de esta visión se encuentra la experimentación con humanos y animales como una base importante en la explicación (Walter, 2013).



La segunda ola se generó en la segunda mitad del siglo XX y estuvo influenciada ampliamente por el descubrimiento de los aspectos genéticos de las enfermedades mentales y la efectividad de los medicamentos en tratar varios síntomas de estas EM. Dos aspectos a señalar de este paradigma. El primero, hoy en día todavía se utiliza de forma amplia el uso de medicamentos para explicar y tratar las EM y el apoyo en evidencia empírica es inmenso y ha dado origen a medicamentos y explicaciones más complejas. El segundo aspecto es o son los movimientos en contra de estas explicaciones quizás como reacción de índole social o cultural (el uso de acupuntura, por ejemplo) pero que con los estudios de meta-análisis (una metodología para medir el efecto del tamaño de los estudios) se ha podido establecer el impacto y efectividad en los estudios de neurofarmacología.

La tercera parte en la conceptualización de las EM está enmarcada por la fundación de lo que hoy en día se conoce como la Psiquiatría Molecular, representada en la publicación de Molecular Psychiatry Journal en 1997, reconociéndose hoy en día como una publicación de primer cuartil en el campo de la Genética, Bioquímica y Biología Molecular. Esta publicación representa el fenómeno generado a partir del uso de fármacos en el tratamiento de EM, llevando a entender que estos medicamentos tienen efectos más directos a nivel molecular que a nivel sináptico. Un segundo aspecto fundamental en el cambio de paradigma está dado por el desarrollo de técnicas para mediar la actividad cerebral relacionada con fenómenos psicológicos. Puntualmente, el desarrollo de las imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) publicados hace más de veinte años ha dado origen a una forma de "re-descubrir" o comprobar la fenomenología de la experiencia psicológica (Walter, 2013). En este punto, los nuevos métodos que integran varios niveles de análisis (molecular, genético, epigenético, celular, fisiológico, de imagenología y comportamental) son el centro de los estudios y son el entendimiento que los resultados psicológicos no pueden ser exclusivos de un único nivel de análisis.

Cover Molecular Psychiatry Journal - Nature Publishing Group

El problema en la conceptualización de las EM ha pasado a ser un acuerdo en un círculo de investigadores más que la reunión de los estudios que alimentan o no las teorías. El cuerpo de evidencia que se ha generado a la par con el desarrollo tecnológico deberán aportar criterios para la reformulación de las categorías diagnósticas. Esta empresa, inmensa por la cantidad de evidencia pero necesaria, deberá reunir a profesionales de diferentes áreas (psicólogos, genetistas, biólogos, psiquiatras, farmacólogos, entre otros) para garantizar la evidencia acorde a los diferentes tipos de análisis. Por el contrario, la clasificación de trastornos sin tener en cuenta las bases biológicas y de tratamiento puede ser una equivocación en el campo de las EM. Hoy en día, la evidencia metodológica y experimental en las EM debería prevalecer sobre otros criterios menos empíricos y más de acuerdo social.

--César Acevedo-Triana--

Referencias

ResearchBlogging.org Walter, H. (2013). The third wave of biological psychiatry Frontiers in Psychology, 4, 1-8. doi: 10.3389/fpsyg.2013.00582

martes, 20 de agosto de 2013

Oxitocina y reconocimiento emocional

Esta segunda semana de agosto, la revista Neuropsychopharmacology publicó un meta-análisis de la influencia de la administración crónica de oxitocina intranasal sobre el reconocimiento emocional en estudios aleatorios de casos y controles (Shahrestani, Kemp & Guastella, 2013).

Existe un amplio interés en los estudios experimentales con oxitocina porque constituyen uno de los pilares de investigación básica sobre comportamientos sociales que son explicados por cambios neuroquímicos. Además ha sido uno de los fenómenos que soportan parte del trabajo de neurofilosofía de Patricia Churchland (Churchland, 2008; Churchland & Winkielman, 2012; McCullough et al., 2013). Pero más allá de esto, ´podría señalarse al estudio de la oxitocina como un buen ejemplo de los estudios básicos con implicaciones directas en el campo aplicado y más en el mundo social.

Cormier, Z. (2013). Gene switches make prairie voles fall in love . Nature, doi:10.1038/nature.2013.13112

Desde hace varios años han aparecido reportes sobre el efecto de la oxitocina (OT) administrada intranasalmente sobre algunas conductas sociales. Por ejemplo, en un estudio ya clásico Kosfeld et al. (2005) muestran que la administración de OT en personas sometidas a un juego económico puede aumentar los niveles de "confianza" de los participantes. En modelos animales de "fidelidad" el uso de los roedores Microtus ochrogaster  ha mostrado que la OT es fundamental para el establecimiento de una pareja estable -i.e. monogamia social- (pareja estable emocionalmente pero quizás no sexualmente, como lo señala Pere Estupinya en esta entrada) (Churchland, 2008). Pero cabe señalar que el estudio sobre los efectos de la OT y su relación con conductas sociales (y particularmente prosociales) no siempre ha arrojado resultados positivos (una entrada sobre esta afirmación "oxitocina"). Es más, se ha señalado que depende de la persona y el contexto en el cual se evalúa lo que determina la relación e incluso el papel causal de la OT sobre la conducta completa de los organismos.

Pues bien, en el estudio de Shahrestani, et al. (2013) los resultados de meta-análisis señalan que la administración aguda de OT tiene una incidencia sobre el reconocimiento de expresiones emocionales; en particular emociones de felicidad y miedo. Vale la pena resaltar dos aspectos del artículo, y de allí la razón de este post. Primero la cantidad de artículos utilizados: pasó de 2115 estudios seleccionados para revisar a 7 estudios que conformaron la muestra final. De estos 7 estudios la población final fue de 381 personas que se constituyen en una muestra importante si se tiene en cuenta la característica de ser estudios experimentales humanos con administración intranasal de OT como VI. La razón para esta disminución tan drástica en los estudios obedeció a dos factores. En primer lugar, una gran variabilidad en los métodos experimentales, sugiriendo una dificultad metodológica sobre los mismos. Y en segundo lugar, el que los pacientes no tuvieran una condición "anormal" nuevamente resaltando la validez del estudio realizado únicamente con personas "normales".

Shahrestani et al., 2013

La segunda característica interesante e importante del estudio es el tamaño del efecto bajo reportado entre los estudios. Esta característica muestra que la relación entre OT y reconocimiento emocional no es un fenómeno completamente causal y que pueda extrapolarse a explicar fenómenos de alta complejidad social como la monogamia o la confianza. De hecho, lo que sugiere el estudio es si un papel de la OT en el reconocimiento de expresiones emocionales (un ejemplo de la psicobiología basada en evidencia) pero no sobre todas las emociones y menos aún en diferentes ámbitos metodológicos. Por lo tanto, los autores señalan unas recomendaciones que creo facilitarían desarrollar estudios de meta-análisis con mayor poder estadístico y menos error de medición. Estas recomendaciones van desde la medición de todas las expresiones emocionales hasta el tiempo de exposición a los estímulos y la utilización de estímulos estándar (Shahrestani et al., 2013). Creo que esta recomendación aplica a casi todos los estudios de fenómenos psicológicos.

Finalmente y sin ánimo de descartar las teorías sobre el papel causal de la OT sobre fenómenos sociales, considero que los resultados de este tipo de investigaciones metodológicas podrían apoyar en parte, algunos de los postulados de las teorías, pero no se constituyen en la única evidencia de las mismas. Por lo que, solamente, una investigación rigurosa, desde aspectos metodológicos y teóricos, es necesaria antes de aceptar las conclusiones derivadas de estudios más complejos. Y, por supuesto que estoy de acuerdo con P. Churchland (2008) al afirmar que existe un impacto directo de estos estudios básicos sobre los conceptos teóricos tradicionales de la filosofía y psicología, que desafortunadamente no son tenidos en cuenta y en la mayoría de los casos desestimados y desconocidos, no por ignorancia sino por negligencia. Esto ultimo resalta la idea de Bunge de que deben ser los científicos una forma de filósofos capaces de educar a los filósofos no científicos.

--César Acevedo-Triana--

Referencias
ResearchBlogging.org






Churchland, P. & Winkielman, P. (2012). Modulating social behavior with oxytocin: How does it work? What does it mean? Hormones and Behavior, 61 (3) DOI: 10.1016/j.yhbeh.2011.12.003

Churchland, P. (2008). The Impact of Neuroscience on Philosophy. Neuron, 60 (3), 409-411 DOI: 10.1016/j.neuron.2008.10.023 

Kosfeld, M., Heinrichs, M., Zak, P., Fischbacher, U. & Fehr, E. (2005). Oxytocin increases trust in humans. Nature, 435 (7042), 673-676 DOI: 10.1038/nature03701

McCullough, M. Churchland, P. & Mendez, A. J. (2013). Problems with measuring peripheral oxytocin: Can the data on oxytocin and human behavior be trusted?. Neuroscience & Biobehavioral Reviews,, 37 (8), 1482-1492 DOI: 10.1016/j.neubiorev.2013.04.018

Shahrestani, S., Kemp, A. H. & Guastella, A. J. (2013). The Impact of a Single Administration of Intranasal Oxytocin on the Recognition of Basic Emotions in Humans: A Meta-Analysis Neuropsychopharmacology, 38, 1929-1936 DOI: 10.1038/npp.2013.86



martes, 28 de mayo de 2013

Alcances y limitaciones de los estudios de mapeo genético: implicaciones para estudios biológicos y de Comportamiento

Artículo publicado en la revista Anamnesis de 2012 (agosto-diciembre)

Leer el PDF completo

Resumen
Los estudios de mapeo genético han influido directamente en áreas biológicas, clínicas e incluso sociales y filosóficas. Dentro de los principales alcances se encuentran: la secuenciación del genoma humano completo; comparación y relación molecular con otras especies; rastreo de poblaciones y cambios adaptativos entre especies; replanteamiento de conceptos en biología, psicología e incluso filosofía; desarrollo de métodos de control del comportamiento a partir de la interacción genómica de especies; y desarrollo para acceso, entendimiento y manipulación de datos de forma inmediata. Concomitante a estos alcances han surgido profundas limitaciones como lo son: poca asociación clínica entre genes y enfermedades o condiciones; la inversión de grandes cantidades de dinero público y privado para enfermedades poco representativas; generación de falsos positivos; algunas limitaciones en las explicaciones, sugiriendo un abandono del determinismo genético; la custodia y protección del anonimato de los participantes en los estudios y finalmente, y quizá la oposición más importante que se escapa al objetivo académico de la ciencia, los
intereses económicos particulares que se encuentran detrás del desarrollo de estos estudios genéticos. A modo de reflexión final, no es posible pensar en abandonar este tipo de estudios pero sí reconocer las implicaciones que a futuro se generan.



--César Acevedo-Triana--

lunes, 6 de mayo de 2013

Podrían las neuronas inducidas por reprogramación generar nuevos ¿"individuos"?

Esta semana se publicó en PNAS un trabajo sobre la generación de nuevas neuronas o las denominadas neuronas inducidas por medio de la técnica de reprogramación celular (Torper et al., 2013). Ésta es una técnica que en general, permite reprogramar células maduras o somáticas en células madre pluripotentes inducidas (iPSC) que posteriormente pueden ser inducidas a un tipo diferente de células.


Como lo señala Lewitzky y Yamanaka (2007) la diferenciación de células implica cambios a nivel genético y epigenético que hacen de una célula su identidad. Pero mediante la exposición a técnicas de activación genética de ciertos factores de transcripción se puede alterar esta identidad celular para generar un tipo de células que puede generar diferentes tipos de tejidos (para una revisión de las técnicas de reprogramación celular se recomienda el texto de Lewitzky & Yamanaka, 2007). Incluso, recientemente se ha encontrado que es posible inducir una célula en otro tipo de célula sin volverla primero iPSC (Sumer, Liu & Verma, 2011).


Figura 1. Tomado de: The 2012 Nobel Prize in Physiology or Medicine - Advanced Information

Pero, en el artículo de Torper et al., (2013) la reprogramación se da de fibroblastos embriónicos humanos, fibroblastos de pulmón fetal humano y astrocitos humanos en neuronas mientras se encuentran en un cerebro in vivo (Torper et al., 2013). Así, los fibroblastos y astrocitos humanos fueron tratados in vitro, pero la reprogramación celular se llevó a cabo una vez que habían sido implantados en cerebros de ratón (Torper et al., 2013). Pero una vez implantadas las células lograr que sean unidades funcionales y no sean rechazados por el receptor es una tarea bastante compleja. Así, Torper et al. (2013) mostraron que estas células podían expresar marcadores de neuronas dopaminérgicas.

Figura 2. Tomado de: Wernig et al. 2008
Por otro lado, lograr identificar terapias adecuadas para las enfermedades neurodegenerativas se convierte en el principal objetivo de aplicación de este tipo de investigación básica (consultar reprogramación en enfermedades neurodegenerativas). En este sentido, existen estudios que reportan éxitos parciales en la implantación de iPSC en ratones que mejoran síntomas motores de modelos de Enfermedad de Parkinson (Wernig et al., 2008). Así en la figura 2 se muestra en la parte superior iPSC que migraron y se diferenciaron en neuronas o glía en diversos puntos del cerebro. Y en la parte inferior de la figura se representan los principales sitios de integración de las iPSC que generaban neuronas o células gliales (Wernig et al., 2008).

Identificando inicialmente el papel biológico de la nuevas neuronas, fácilmente es posible entender que la restauración de neuronas por iPSC podrán mejorar el déficit generado por el modelo de Parkinson en el cual básicamente se destruyen algunas neuronas DA y se modelan síntomas motores (Anstrom et al., 2007). Sin embargo, si se asume a las neuronas como células responsables de la identidad y la generación de comportamiento de los individuos (psicológico, por ejemplo) no es tan evidente la recuperación de un organismo en virtud de agregar más o menos neuronas. Permítanme explicar mejor la relación. Cuando un individuo se comporta (no importa que tipo de comportamiento o individuo) las células que permiten el comportamiento son las neuronas, y éstas, se activan -o desactivan- con otras neuronas. Luego, cuando se da una situación similar a la primera, las neuronas vuelven a generar un patrón de actividad (similar o diferente) que se apoya en la actividad anterior y que genera cambios estructurales (genéticos o epigenéticos en las neuronas). Así, incluir una nueva célula no reemplaza la historia de actividad ni las marcas epigenéticas realizadas en virtud de la comunicación anterior. Y, si esto es así, ¿qué es entonces lo que restaura la neurona implantada?

Figura 3. Tomado de: www.the-scientist.com
Esta pregunta es la que le da origen al título de este post. Si se generan nuevas neuronas sin marcas epigenéticas, es decir, por reprogramación, y luego son implantadas en individuos (humanos o no humanos), ¿las neuronas podrán incorporarse sin dificultad a este nuevo lugar y contribuir al mismo individuo? o por el contrario, al no tener las marcas propias del individuo interferirán con sus procesos y generarán una identidad diferente. Creo que la respuesta puede tener apoyo en ambos sentidos.

Una salida fácil a la respuesta, y poco profunda, podría ser que existe una diferencia comportamental y anatómica entre humanos y otro animales. Por lo tanto, en la restauración animal la contribución de nuevas neuronas no afectaría para nada el organismo, en tanto, son organismos menos complejos, mientras que en humanos el "yo" sería indiferente a la implantación de las nuevas pocas neuronas. Pero, esta salida plantea dos problemas de fondo. El primero, es común asumir que en el caso de los animales no humanos el repertorio comportamental no implica una identidad como sujeto. A propósito de esta noción, en una conferencia en memoria de Francis Crick se realizó la declaración de que los animales no humanos exhiben comportamientos que permiten inferir estados mentales similares a los humanos (Noticia de declaración). Pero, si los animales tienen consciencia y su comportamiento cambia en virtud del implante de iPSC es evidente que, aunque no lo notemos, la identidad de los individuos debe alterarse.

Por otro lado, en el caso de los humanos varios estudios soportan la idea de que, alterar la comunicación neuronal por medio de estimulación eléctrica altera el comportamiento (Sturm et al., 2013; van Wouwe et al., 2011). Si la alteración comportamental se genera en virtud de la estimulación eléctrica, podría asumirse que la causa del comportamiento es la estimulación cerebral -recordemos que las causas son hechos físicos-. Entonces, el "yo", que no es otra cosa que la etiqueta de la actividad cerebral, deberá alterarse ante cualquier cambio de estructura en el cerebro. Ahora, es posible pensar en que si a un cerebro se agregan nuevas neuronas el individuo se verá alterado. Entonces, que pasa con la noción de persona que no encuentra su identidad conceptual con los estados cerebrales, creería que el problema no es encontrar la relación entre estructura y función, sino replantear un concepto -o eliminarlo- que evidentemente no tiene en cuenta los cambios a nivel cerebral. Por lo tanto, el término de persona no puede ser una categoría absoluta.

Finalmente señalar una idea del trabajo de Torper et al. (2013) que considero sobresaliente. Si bien la inducción de nuevas neuronas se realizó en un animal vivo por medio de reprogramación de varios genes, el tejido inicial no provenía de los ratones sino de humanos (Torper et al., 2013). Y, si son las neuronas reprogramadas tejido humano, con la capacidad de generar identidades humanas, ¿que podría pasar en el caso de la implantación en ratones?, ¿generarán identidad de ratón o de humano?. En cualquier caso las dos respuestas son igual de fascinantes llevándonos en último término a una respuesta inevitable, tanto humanos como ratones dependemos de las mismas células, que generadas, inducidas o naturales, presentan funciones tan similares que pueden intercambiarse indiscriminadamente.

Figura 4. Tomado de: Dellay et al. (2009)
--César Acevedo-Triana--
Twitter: @cesar_acevedot

Referencias

ResearchBlogging.org





Anstrom, K., Schallert, T., Woodlee, M., Shattuck, A., & Roberts, D. (2007). Repetitive vibrissae-elicited forelimb placing before and immediately after unilateral 6-hydroxydopamine improves outcome in a model of Parkinson's disease Behavioural Brain Research, 179 (2), 183-191 DOI: 10.1016/j.bbr.2007.01.028

Dalley, J., Fryer, T., Aigbirhio, F., Brichard, L., Richards, H., Hong, Y., Baron, J., Everitt, B., & Robbins, T. (2009). Modelling human drug abuse and addiction with dedicated small animal positron emission tomography Neuropharmacology, 56, 9-17 DOI: 10.1016/j.neuropharm.2008.05.029 

Lewitzky, M., & Yamanaka, S. (2007). Reprogramming somatic cells towards pluripotency by defined factors Current Opinion in Biotechnology, 18 (5), 467-473 DOI: 10.1016/j.copbio.2007.09.007

Sturm, V., Fricke, O., Bührle, C., Lenartz, D., Maarouf, M., Treuer, H., Mai, J., & Lehmkuhl, G. (2013). DBS in the basolateral amygdala improves symptoms of autism and related self-injurious behavior: a case report and hypothesis on the pathogenesis of the disorder Frontiers in Human Neuroscience, 6 DOI: 10.3389/fnhum.2012.00341

Sumer, H., Liu, J. & Verma, P. J. (2011). Cellular reprogramming of somatic cells. Indian Journal of Experimental  Biology, 49, 409-415

The 2012 Nobel Prize in Physiology or Medicine - Advanced Information. Nobelprize.org. 5 May 2013 http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/medicine/laureates/2012/advanced.html

Torper, O., Pfisterer, U., Wolf, D., Pereira, M., Lau, S., Jakobsson, J., Bjorklund, A., Grealish, S., & Parmar, M. (2013). Generation of induced neurons via direct conversion in vivo Proceedings of the National Academy of Sciences, 110 (17), 7038-7043 DOI: 10.1073/pnas.1303829110

van Wouwe, N., Ridderinkhof, K., van den Wildenberg, W., Band, G., Abisogun, A., Elias, W., Frysinger, R., & Wylie, S. (2011). Deep Brain Stimulation of the Subthalamic Nucleus Improves Reward-Based Decision-Learning in Parkinson's Disease Frontiers Human Neuroscience, 5 DOI: 10.3389/fnhum.2011.00030

Wernig, M., Zhao, J., Pruszak, J., Hedlund, E., Fu, D., Soldner, F., Broccoli, V., Constantine-Paton, M., Isacson, O., & Jaenisch, R. (2008). Neurons derived from reprogrammed fibroblasts functionally integrate into the fetal brain and improve symptoms of rats with Parkinson's disease Proceedings of the National Academy of Sciences, 105 (15), 5856-5861 DOI: 10.1073/pnas.0801677105 

lunes, 4 de marzo de 2013

¿Cómo escoger un buen problema científico? Uri Alon

En el artículo "How To Choose a Good Scientific Problem" (Alon, 2009) se analiza uno de los tópicos más interesantes y descuidados en la investigación científica: la escogencia de los problemas científicos. Como lo señala Alon (2009) la discusión completa, emocional y profunda del problema científico puede terminar en la comprensión y generación de conocimiento.

Una de las ideas iniciales sobre las cuales descansa el abordar el problema científico es la creación de los laboratorios como espacios creados para aprovechar el potencial de los estudiantes e investigadores mediante el ejercicio investigativo (Alon, 2009).

Imagen tomada de Alon, U. (2009)
En la imagen del artículo se ubica un problema desde dos ejes la factibilidad, (dura o fácil) y el interés, es decir, el nivel de conocimiento que se produce (grande o pequeño). Como aparece en el lado izquierdo de la gráfica, aquellos problemas fáciles en su ejecución y que generen una gran cantidad de conocimiento serían deseables. Mientras que los menos deseables serían los más difíciles en su realización y que la ganancia del conocimiento sea pequeña. Estas características pueden medirse por la cantidad de tecnología del laboratorio o la disponibilidad de recursos (físicos o humanos) en el caso de la factibilidad y en el caso del interés la disponibilidad de conocimiento y la habilidad para encontrar vacíos o hipótesis más poderosas generarán mayor o menor grado de conocimiento (Alon, 2009). En el cuadro de la derecha el principio de Pareto mostraría, dependiendo del actor o el momento, el tipo de problema y su alcance.

La decisión en la elección de los problemas debería estar determinado por la reflexión profunda de las características enunciadas anteriormente, siendo así, el tiempo de formulación una característica clave durante este proceso (Alon, 2009). El interés personal, más que la institucional, deberían colocar a largo plazo un objetivo motivacional en una línea de investigación. Finalmente, la realización propia, de los investigadores, a partir del soporte de la comunidad científica, pares, estudiantes o tutores, podría tener un efecto formativo al interior de los laboratorio, que, más que encontrar una única solución a un problema estaría determinado por el cuestionamiento constante de los hallazgos, los métodos y los resultados de una investigación.

Como una forma de complementar este apartado desde otros post escritos en este blog, les recomiendo leer el tema de las réplicas y la hipótesis de continuidad mental como un ejemplo en el ejercicio de reflexión constante.

--César Acevedo-Triana--

Referencias

ResearchBlogging.org
Alon, U. (2009). How To Choose a Good Scientific Problem Molecular Cell, 35 (6), 726-728 DOI: 10.1016/j.molcel.2009.09.013




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lunes, 25 de febrero de 2013

Aplicaciones parciales de las investigaciones como una forma de proteccionismo


Los resultados de las investigaciones científicas, como actividad social, debería regular el comportamiento al interior de las sociedades. Una parte de la sociedad es efectivamente regulada por este tipo de conocimiento pero no es un secreto que una buena parte del conocimiento científico interfiere con la regulación del comportamiento social que proviene de fuentes diferentes y con intereses diferentes al de la actividad científica.

Esta interacción irregular entre producción de conocimiento científico y regulación de prácticas sociales ha justificado acciones que son repudiadas por quienes inicialmente las aceptaron[1]. Para ser más precisos quizás la relación entre el conocimiento científico y la interpretación del mismo se deba a la asimilación/aceptación parcial de los hallazgos o intentar aplicar conocimiento que, por su naturaleza, no tiene tal aplicación. Para ejemplificar la relación suponga la teoría de cuerdas en física, en donde, la materia no son partículas sino “estados vibracionales” de una “cuerda” o una “vibración”. Aunque desconozco las evidencias empíricas sobre las que se sustenta la teoría si puedo entender que no se tienen las suficientes pruebas para suponer que los individuos tenemos una conexión invisible entre nosotros en  virtud de las cuerdas subatómicas que nos unen (Park, 2001).

Fuente: John-H-Schwarz-su-verdad-sobre-la-teoria-de-cuerdas.html
Aunque el ejemplo puede sonar pintoresco representa la forma de interpretación errónea de los resultados[2] que sustentan teorías[3]. En el caso del comportamiento y la función cerebral, en los últimos años, ha generado al interior de las sociedades aplicaciones parciales con base en conclusiones erróneas. Una muestra de esto lo constituyen los datos sobre el proceso de maduración sináptica de las áreas prefrontales en función de la edad que presentan los individuos. Estos resultados muestran que puede existir cierta funcionalidad que depende de la estructura. Leído por los tribunales de justicia[4] esto significa que si una persona “joven” realiza un crimen, no es culpable del todo o dicho en términos de los abogados defensores no tiene el mismo grado de culpabilidad de los adultos, debido a que, el acusado, no tiene el proceso de maduración suficiente para la toma de decisiones, teniendo dificultad además para mantener el carácter y tener un mayor grado de influencia[5] (Steinberg & Scott, 2003).

Fuente: Gazzaniga (2011)
Aunque existen intentos por vincular la investigación científica en la práctica social, particularmente en el caso de la neurociencia cognitiva por parte investigadores representativos como por ejemplo Gazzaniga quien reporta varios casos en los que ha sido consultado por un jurado para sustentar la culpabilidad o no de un individuo (Gazzaniga, 2011). Existen además,  desde ambos puntos de vista, intentos por reconocer las implicaciones que tendría tener una influencia de la ciencia en la práctica judicial (Shafi, 2009; Sukel, s.f.). Pero la implicación que encuentran las diferentes posiciones parten de una premisa errónea y es suponer que el comportamiento de los individuos es algo diferente a la función cerebral en los mismos. Es decir, pretender suponer que una imagen cerebral puede determinar un “estado” que hace que las personas no sean quienes son y que después dicho estado puede liberarlas de las implicaciones de su comportamiento, es asumir que, el cerebro de los individuos está “enfermo” y que por estar “enfermo” no puede ser condenado, pero con una medicina adecuada, en este caso sería el tiempo y el trascurso normal, este órgano se sanaría para volver a actuar correctamente (Shacter & Loftus, 2013). Como si el actuar en un momento determinado fuera incorrecto. Nadie supondría que el corazón deja de latir de manera incorrecta, pero los médicos pueden, administrando dopamina, corregir ese mal comportamiento del corazón.


En este mismo sentido, Schacter & Loftus (2013) proponen como la investigación en memoria desde la neurociencia cognitiva podría permitir distinguir los recuerdos reales de los no reales (falsa memoria) permitiendo brindar una herramienta en los juicios en los cuales se solicitan evidencias de imágenes cerebrales. Desde el estudio básico de los procesos psicológicos se ha determinado que los procesos perceptuales y de memoria pueden alterarse bajo diferentes condiciones generando errores en memoria y distorsiones de lo ocurrido (Schacter & Loftus, 2013). Sin embargo, el aporte más importante de este tipo de estudios será permitir a los implicados en los juicios (jurados, abogados, jueces y testigos) entender el proceso de memoria como un fenómeno que se construye, es dinámico y es altamente vulnerable dando la posibilidad de generar errores a diferentes niveles (Schacter & Loftus, 2013).

Determinar hasta qué punto los estudios en neurociencia cognitiva de la memoria pueden identificar hechos reales o no dependerá en gran medida de la situación y la forma en que es concebido el proceso. En el afán por encontrar aplicación a los estudios básicos es posible generar falsas expectativas en investigadores, testigos y demás partícipes de los procesos judiciales, probablemente distorsionando el concepto del proceso psicológico.

Otro campo altamente sensible a la generación de falsas expectativas o grandes promesas por parte de quienes consultan o malinterpretan los estudios científicos es el uso de fármacos en la práctica clínica. Son varios los estudios que utilizan fármacos, por ejemplo, escopolamina para alterar procesos el proceso de aprendizaje contextual durante la fase de extinción de miedo en ratas (Zelikowsky et al., 2013). En este tipo de estudios la posibilidad de alterar el proceso de memoria por medio de drogas sugiere una posible aplicación en el caso del tratamiento de desórdenes psiquiátricos. Pero, hasta qué punto puede la administración de ciertas drogas servir en la práctica clínica[6], el contexto, las implicaciones éticas y sociales son lo suficientemente importantes para aceptar fácilmente la aplicación en humanos. Además, las condiciones controladas de los ensayos experimentales y los modelos animales que se utilizan en este tipo de estudios hacen muy poco probable la extrapolación en humanos de forma inmediata.

Fuente: www.futurity.org
Finalmente, el campo de la genética molecular ha desafiado el conocimiento y la aceptación de ciertos hallazgos en la sociedad. Craig Venter, uno de los científicos más reconocidos y controvertidos por sus decisiones y proyectos, y su equipo han creado a partir de material genético sintético el funcionamiento de una célula, sugiriendo la posibilidad de crear vida a partir de material artificial. Cómo la sociedad puede interpretar y aceptar un hallazgo de este tipo. Se han imaginado quizás las implicaciones que puede tener en nuestros sistemas de pensamiento la manipulación en el origen y generación de vida o pueden los sistemas filosóficos y políticos entender el proceso con el impacto profundo en nuestras creencias y tradiciones, quizás en este punto cobre vigencia la distinción que realiza Dawkins de costumbre, creencia y conocimiento y cómo solo el conocimiento científico aporta suficiente evidencia para soportar nuestras creencias. Creo que nuestra sociedad no está preparada para esto.

Fuente: Tomado del artículo de Gibson et al. (2010)
Volviendo sobre la idea inicial del papel que la sociedad tiene en torno a la recepción de los resultados de investigaciones científicas y el sesgo en la aceptación de estos resultados, son los científicos los culpables de dejar parcialmente sueltos las implicaciones de sus resultados y es culpable la sociedad que pretende encontrar implicaciones parciales o convenientes para propósitos diferentes a los científicos. Evidentemente también existe un grupo de agentes con intereses particulares y quizás sean estos los más peligrosos de todos, en tanto, no solo pueden distorsionar los resultados sino engañar deliberadamente con tal de no perder sus beneficios.




[1] Por mencionar un ejemplo sencillo pero representativo, el uso de las teorías de la evolución para justificar políticas sociales que llevaron a sugerir una dominancia por parte de individuos al interior de las especies.
[2] Léase datos reales, hechos tomados de la naturaleza.
[3] Léase construcción social con base en evidencias de la realidad.
[4] En Estados Unidos, donde se legitiman las prácticas y se ganan los premios nobel.
[5] Nótese la lectura poco precisa en donde para justificar términos o constructos psicológicos (toma de decisiones, carácter, influencia) se utiliza un resultado de maduración fisiológica cerebral en función de la edad. Y aun así la psicología se rehúsa a definir sus términos psicológicos en virtud de los hallazgos de neurociencia.
[6] Aunque es cuestionable este tipo de prácticas son varios los ejemplos de administración de drogas en la práctica clínica sin conocer las implicaciones reales.

--César Andrés Acevedo T.--


Referencias

ResearchBlogging.orgGazzaniga, M. (2011). Neuroscience in the Courtroom Scientific American, 304 (4), 54-59 DOI: 10.1038/scientificamerican0411-54

Park, R. (2001). Ciencia o vudú. De la ingenuidad al fraude científicoBarcelona: Grijalbo

Shafi, N. (2009). Neuroscience and Law: The Evidentiary Value of Brain Imaging. Graduate Student Journal of Psychology, 11, 27-39.

Schacter, D., & Loftus, E. (2013). Memory and law: what can cognitive neuroscience contribute? Nature Neuroscience, 16 (2), 119-123 DOI: 10.1038/nn.3294 

Steinberg L, & Scott ES (2003). Less guilty by reason of adolescence: developmental immaturity, diminished responsibility, and the juvenile death penalty. The American psychologist, 58 (12), 1009-18 PMID: 14664689

Sukel, K. (s.f.). Will Neuroscience Challenge the Legal Concept of Criminal Responsibility?. The Dana foundationTomado de: http://www.dana.org/media/detail.aspx?id=32836

Zelikowsky M, Hast TA, Bennett RZ, Merjanian M, Nocera NA, Ponnusamy R, & Fanselow MS (2013). Cholinergic blockade frees fear extinction from its contextual dependency. Biological psychiatry, 73 (4), 345-52 PMID: 22981655