lunes, 21 de septiembre de 2015

El lado oscuro, pero no oculto, de la ciencia

Son múltiples las referencias que particularmente este año han surgido con respecto a la conmemoración de la primera publicación periódica regular, tal como hoy en día la conocemos (veáse por ejemplo 350 years of scientific publishing o 350 years of scientific publication: from the “Journal des Sçavans” and Philosophical Transactions to SciELO), desde hace 350 años. El objetivo de la primera publicación científica fue, creo, bastante sensato en tanto aseguraba la difusión de los resultados de investigadores en un campo determinado, por un lado. Y por otro, se intentaba evitar la duplicación de la información (Larivière et al., 2015). Luego de la creación y el establecimiento formal de una publicación periódica de esta naturaleza se sugiere que son las instituciones que producen el conocimiento (sociedades científicas, laboratorios, universidades) las llamadas a continuar y velar porque este proceso se de de la mejor forma posible. La historia de las publicaciones científicas ha estado marcada por un entramado de múltiples factores entre los que podrían nombrarse a la construcción de conocimiento, difusión de resultados, implicación de los avances a la sociedad, visibilidad de autores, crecimiento de las revistas, beneficios económicos de todos los actores y en el último de los niveles la descripción de "La realidad". La relación que puede existir entre la ciencia y las publicaciones es evidente pero no siempre se corresponde. Esta relación está determinada porque son las publicaciones el medio en que la ciencia puede difundir el conocimiento que produce. Pero, la historia ha mostrado que en las instituciones más tradicionales es la corrupción y las decisiones que esto acarrea lo que asegura el mantenimiento de poder. Es necesario sacar las publicaciones de este círculo.

El propósito de este post es visibilizar y resaltar lo que he denominado "lado oscuro" de la historia de las publicaciones científicas relacionado en muchos casos con conductas antiéticas de los investigadores, autores, instituciones, editores, casas editoriales, entre otros. A pesar de criticar y condenar abiertamente todas estas actuaciones no se sigue que sea ésta la razón para dudar de todo conocimiento científico (ésta es la crítica de quienes consideran que el modelo de producción y difusión de ciencia moderno no es adecuado). Por el contrario, estar alerta e identificar posibles alteraciones será el mecanismo idóneo para tomar medidas al respecto. Considero que la mejor acción para los problemas en los resultados de las investigaciones es aceptarlo y discutirlo pero no ocultarlo y, aun menos, tratar de justificarlo. Es así como el blog de "Retraction Watch" se ha dado a la tarea de visibilizar los artículos retirados o retractaciones debido a estas malas prácticas -casi que cualquier campo presenta varios problemas de retractación áreas como medicina, psicología, física, biología y neurociencias-. Pero más allá de presentar el valioso trabajo reflejado en este blog este post intenta mostrar un problema de la ciencia y es la conducta deshonesta de los actores (científicos) y posibles mecanismos de control. Al respecto de la retractación de artículos, vale la pena mencionar el enorme conjunto de problemas generados cuando un artículo se retira y no es posible corregir los datos de otras investigaciones si realizadas que se apoyan en este tipo de artículos. Es el caso por ejemplo de la fabricación de datos. En este caso cómo controlar el vacio generado por un trabajo que no se ha realizado y que está inmerso en un sistema de citación en cascada. Son varios los casos en donde después de que se han retirado los artículos todavía son citados en otras publicaciones (ver More evidence scientists continue to cite retracted papers o Half of anesthesiology fraudster’s papers continue to be cited years after retractions). Es más, Fang & Casadevall (2011) proponen un índice de retractación que se correlaciona con el factor de impacto de las revistas (imagen 1) y reportan que en un porcentaje mayor al (60%) las publicaciones que se retractan lo hacen por conducta fraudulenta de los autores -una cifra escandalosa- (Fang, Steen, & Casadevall, 2012).

Imagen 1. Tomado de Fang & Casadevall (2011). Correlation between impact factor and retraction index. The 2010 journal impact factor (37) is plotted against the retraction index as a measure of the frequency of retracted articles from 2001 to 2010 (see text for details). Journals analyzed were Cell, EMBO Journal, FEMS Microbiology Letters, Infection and Immunity, Journal of Bacteriology, Journal of Biological Chemistry, Journal of Experimental Medicine, Journal of Immunology, Journal of Infectious Diseases, Journal of Virology, Lancet, Microbial Pathogenesis, Molecular Microbiology, Nature, New England Journal of Medicine, PNAS, and Science.
No es de mi interés caer en una diferencia entre "buenos" y "malos" actores dentro del proceso, una distinción acomodada que considero es relativa, pero si el reconocimiento de errores comunes y de mejores prácticas que benefician a quienes creemos en la ciencia como el único mecanismo sensato de desarrollo social, económico y ojalá político. Estoy de acuerdo con Joaquín Sevilla en la delgada y conveniente división entre lo aceptado como correcto y una conducta abiertamente fraudulenta (ver La difusa frontera de la deshonestidad). Son las acciones de los científicos las que fácilmente pueden considerarse como fraudulentas pero la justificación o reconocimiento de estas malas prácticas como habituales no disminuyen el impacto desafortunado que se genera en el sistema completo.

Imagen 2. Tomado de: Sevilla, J. (2015). La difusa frontera de la deshonestidad.
http://culturacientifica.com/2015/08/18/fraude-cientifico-ii-la-difusa-frontera-de-la-deshonestidad/
Acciones aparentemente sencillas como la publicación de resultados completos o la presentación de ideas antes de la realización en repositorios destinados para tal fin, podrían servir como acciones de control ante conductas fraudulentas en la fabricación de datos (Acevedo-Triana, López-López, & Cardenas, 2014). Herramientas posteriores a la realización de las investigaciones y que intentan controlar procedimientos estadísticos que ayuden a evidenciar errores o muestren impactos reales serían así mismo mecanismos de apoyo para determinar la sensibilidad o alcance de las investigaciones (Acevedo-Triana, et al., 2014; Nieuwenhuis, Forstmann, & Wagenmakers, 2011).

Por otro lado y a propósito del tema de coyuntura en cuanto a la publicación de los resultados del proyecto de reproductibilidad en psicología, he decidido escribir sobre el tema (había escrito un post sobre este tema hace algunos meses Las réplicas podrían contrarrestar malas prácticas al interior de la psicología) (Yong, 2012). Dicho proyecto tiene como objeto proponer la revisión constante de la producción de conocimiento, así como el desarrollo de métodos (estadísticos, de procedimiento, incluso de revisión) que permitan contrastar y discutir en torno al aspecto ético de la investigación (Open Science Collaboration, 2015). Los detalles de la selección de los estudios y quienes los replicaron serán motivo de discusión constante, ya que, si bien no es posible abarcar todos los aspectos puntuales bajo los que se seleccionaron las características es un intento sistemático y con el mejor propósito de evaluar la reproductibilidad de los fenómenos (100 estudios realizados por 270 personas), partiendo de la duda sobre la aparición de los fenómenos. Al intentar resumir los datos se encuentra que no existe un solo indicador suficiente para determinar la reproductibilidad, sino que por el contrario la evaluación de aspectos como valor p, tamaño del efecto, evaluación subjetiva de la replicación y meta-análisis del tamaño del efecto fueron necesarios en el estudio. En términos generales, la media del tamaño del efecto entre los estudios originales (M = 0.403, SD = 0.188) y los replicados (M = 0.197, SD = 0.257) disminuyó. En cuanto al porcentaje de estudios que obtuvo resultados significativos (p < 0,05)  fue de 97% en los originales, versus 36% en los replicados (imagen 3).

Imagen 3. Original study effect size versus replication effect size (correlation coefficients). Diagonal line represents replication effect size equal to original effect size. Dotted line represents replication effect size of 0. Points below the dotted line were effects in the opposite direction of the original. Density plots are separated by significant (blue) and nonsignificant (red) effects. Tomado de: Open Science Collaboration Science 2015;349:aac4716

Estos resultados sugieren varias reflexiones; en primer lugar ¿qué significa no haber obtenido resultados significativos, será que es un problema en la medición o es el tipo de fenómeno a estudiar lo que podría variar?¿serán necesarias nuevas réplicas en aquellos estudios que obtuvieron resultados negativos debido a que hay una evidencia a favor y otra en contra?¿será que una nueva evidencia soluciona el inconveniente?, ¿cómo reaccionar ante los estudios que no tuvieron resultados significativos y tamaños del efecto menor?, esto ¿justifica la duda realmente?. Considero que, como señala el estudio, la estimulación de los resultados novedosos sobre las réplicas generan la percepción errónea de que los trabajos publicados son un reflejo de la realidad. Acá el punto es qué es lo que se considera novedoso, ya que en términos estrictos no encontrar los mismos resultados que previamente han sido publicados debería considerarse novedoso y estimular la generación de nuevas hipótesis que expliquen la falta de replicabilidad. Por lo tanto, tanto los resultados "positivos" como "negativos" son construcción de conocimiento y fuentes de autocorrección. Finalmente señalar que estos resultados se ajustan a los niveles de replicabilidad de la psicología con respecto a otras áreas de la ciencia (física o neurociencia por ejemplo, Button et al, 2013), en donde, los fenómenos no siempre pueden replicarse y no necesariamente significa falsos fenómenos (Ioannidis, 2005) pero si debería generar una mayor discusión académica entre las comunidades revisando teorías, métodos, muestras, poblaciones, resultados e interpretaciones.

A modo de conclusión, considero que los resultados muestran una realidad en psicología que es acorde a otras disciplinas, que promueven el trabajo en comunidad al interior de la disciplina y que deberían generar reflexiones epistemológicas, que no siempre son bienvenidas, los métodos y herramientas deben corresponderse a nivel global y no en pequeños grupos que no favorecen esta replicabilidad, La incorporación de técnicas y conocimiento de otras áreas, aumentará la posibilidad de replicación y no el aislamiento protegiendo intereses distintos a la producción de conocimiento genuino.


ResearchBlogging.org--César Acevedo-Triana--







Referencias

Acevedo-Triana, C, López-López, W., & Cardenas, F. P. (2014). Recomendaciones en el diseño, la ejecución y la publicación de investigaciones en Psicología y ciencias del comportamiento Revista Costarricense de Psicología, 33 (2), 155-177

Button, K., Ioannidis, J., Mokrysz, C., Nosek, B., Flint, J., Robinson, E., & Munafó, M. (2013). Power failure: why small sample size undermines the reliability of neuroscience Nature Reviews Neuroscience, 14 (6), 442-442 DOI: 10.1038/nrn3502

Fang, F. & Casadevall, A. (2011). Retracted Science and the Retraction Index Infection and Immunity, 79 (10), 3855-3859 DOI: 10.1128/IAI.05661-11

Fang, F., Steen, R., & Casadevall, A. (2012). Misconduct accounts for the majority of retracted scientific publications Proceedings of the National Academy of Sciences, 109 (42), 17028-17033 DOI: 10.1073/pnas.1212247109

Ioannidis, J. (2005). Why Most Published Research Findings Are False PLoS Medicine, 2 (8) DOI: 10.1371/journal.pmed.0020124

Larivière, V., Haustein, S., & Mongeon, P. (2015). The Oligopoly of Academic Publishers in the Digital Era PLOS ONE, 10 (6) DOI: 10.1371/journal.pone.0127502

Nieuwenhuis, S., Forstmann, B., & Wagenmakers, E. (2011). Erroneous analyses of interactions in neuroscience: a problem of significance Nature Neuroscience, 14 (9), 1105-1107 DOI: 10.1038/nn.2886

Open Science Collaboration (2015). Estimating the reproducibility of psychological science Science, 349 (6251) DOI: 10.1126/science.aac4716

Yong, E. (2012). Replication studies: Bad copy Nature, 485 (7398), 298-300 DOI: 10.1038/485298a

lunes, 22 de junio de 2015

Cambios en la alimentación: un problema social, económico o científico

Es común encontrar hoy en día referencias acerca de la necesidad de cambio en los hábitos de alimentación. Y, aunque es recurrente este tipo de afirmaciones el o los argumentos detrás de estas anotaciones no siempre son de la misma naturaleza. El título de esta entrada señala que el análisis puede provenir desde movimientos sociales, o desde el punto de vista económico y de sostenibilidad o desde el punto de vista científico. En cualquiera de los argumentos señalados se hace necesario tener disponible una forma de evaluar la veracidad, proyección e implicación de cada uno.

Tomado de: Kenny, P. J. (2013). The Food Addiction. Scientific American, 309, 44 - 49.

No existe un ánimo de subvalorar ninguna de las opciones presentadas pero lo que sí queda claro es que no son iguales, tanto a nivel de evidencia como a nivel pragmático y por lo tanto una reflexión mostrará mayor fuerza a alguno de estos argumentos

Argumento económico

El crecimiento en la población, la distribución de riqueza desproporcionada, prácticas y preferencias de alimentos, y la actividad productiva de los países ha constituido un entramado de factores que han desembocado en un complejo problema con solución difusa. Se ha reportado que el aumento de la población y el difícil acceso a alimentos de calidad ponen de manifiesto que, en una época de producción industrial, las personas presentan tasas de desnutrición muy altas. El mayor índice de hambre en el mundo lo reporta Haití con un cálculo de 52% de la población. En América en su mayoría se reporta un porcentaje entre el 15% o menos y los países en riesgo son Nicaragua con un intervalo entre 25% y 15% al igual que Bolivia. La situación en Asia es similar (25% al 15%) para los países de India, Mongolia, Pakistán, Afganistán, Camboya, Laos y Mongolia, y en un punto crítico Corea del Norte. El papel de África es devastador, 21% de todos los africanos no alcanzan la ingesta de nutrientes mínimo diario. Sin contar con la situación particular de estas naciones parecen responder a factores de conflictos internos, mala infraestructura, corrupción, inestabilidad económica y aspectos políticos de liderazgo, a pesar de que el cálculo de producción total en el mundo daría para para una alimentación de todos los habitantes de forma satisfactoria (Stone, 2014).


Pero más allá de la falta de alimentación y tasas de hambre, son muchos los aspectos relevantes en la alimentación. Otro de los aspectos relevantes tiene que ver con el consumo de carne y que Kunzig (2014) denomina el "dilema del carnívoro". Desde hace años se ha multiplicado el consumo de carne en China, Brasil y Estados Unidos siendo éste el principal consumidor de carne a nivel mundial. El dilema económico surge de pensar en la cantidad de agua, por ejemplo, 434 litros de agua para alimentar el ganado que produce 1000 calorías en la carne de res, tres veces más que todos los alimentos. Las emisiones de gases de efecto invernadero son 40% de metano y las toneladas de estiercol en el ganado son un problema ecológico y económico real. Con estas y muchas otras cifras rechazar el consumo de carne o por lo menos de otras fuentes de carne (sustituir el consumo de carne de ganado por cerdo o pollo) tendría sentido en estos términos. Sin embargo, lo que muestra el crecimiento de consumo es que es poco probable esta disminución.

Finalmente en este mismo sentido el argumento económico también versa sobre aquellos involucrados en el negocio del consumo de carne y cómo el aumento en el consumo presiona aspectos importantes de la economía de países cuya fuente de ingresos proviene de forma importante de la producción de carne.

Argumento científico

La alimentación es indispensable no solo en el mantenimiento de la regulación homeostática sino como actividad placentera en el caso de los individuos sociales, por lo menos (Berridge & Kringelbach, 2015). Se propone que las acciones relacionadas con el consumo de alimentos, pueden considerarse hedónicas y aunque pueden ser complejas las respuestas ante variaciones en la conducta de ingesta se ha propuesto que los circuitos de placer pueden modularse a partir de la estimulación dada en la alimentación (imagen 2).
Imagen 2. Tomado de Berridge & Kringelbach, p. 647
Es más, la restricción en el consumo de alimento tiene un impacto en los procesos de desarrollo y funcionalmente en los de aprendizaje y memoria, así en estudios experimentales se ha mostrado que la restricción calórica puede disminuir dramáticamente la cantidad de receptores y transmisión de glutamato en sujetos en desarrollo y que luego de estos periodos de restricción no es posible recuperar al 100% el déficit generado por experiencias adversas (Albarracín, et al., 2004). En cuanto a los procesos de aprendizaje y memoria también se ha demostrado que los procesos cerebrales dependen de la ingesta de alimentos que le proporcionen la energía suficiente para llevarlos a cabo (Lareo, 2006; Rotta et al., 2003; Santos de Souza, Spreafico Fernandes & Graças Tavares, 2011). Según algunos de los estudios antes citados se calcula que gran parte de la ingesta de alimento se concentra en el mantenimiento de la transmisión glutamatérgica esencial en los procesos cognitivos, así como en el mantenimiento de grandes neuronas corticales, desde una perspectiva evolutiva (Lareo, 2006; Herculano-Houzel, 2011).

Si se tiene en cuenta el patrón de alimentación desde un punto de vista evolutivo y siguiendo múltiples estudios en torno a la producción de neurotransmisores, se encuentra que el consumo de carne está estrechamente ligado con la producción de glutamato (Dermiki et. al., 2015). Adicionalmente el costo metabólico de cerebros de primates ha mostrado que un cambio importante en el desarrollo de especies con un tamaño cerebral cada vez más grande, debía tener como eje la alimentación (ver tabla 1)

Tabla1. Costo estimado de cerebros mamíferos. Tomado de Herculano-Houzel, 2011
En este sentido se han presentado argumentos y evidencia importante que señala como el proceso de hominización está relacionado con la habilidad para el manejo del fuego y cocinar los alimentos que puedan mejorar la eficiencia calórica de alimentos cuya fuente de energía es alta, como la carne (Carmody & Wrangham, 2009; Herculano-Houzel, 2011; Herculano-Houzel, & Kaas, 2011). A este respecto, es muy ilustrativo en este sentido escuchar los argumentos y cálculos de la Dra. Suzana Herculano (http://www.suzanaherculanohouzel.com/lab).



Finalmente, desde hace varios años la descripción del umami como sabor particular y que corresponde a la ingesta de no solo de glutamato monosódico (MSG) sino también al consumo de aspartato y otros nucleótidos, han llevado a proponer los alimentos como la carne, el pollo y el pescado como fuentes importantes del sabor. Cabe aclarar que no son alimentos exclusivos que contienen el MSG, sino que también verduras o productos fermentados pueden contenerlo (para más información puede visitarse un sitio Web dedicado a la información sobre el Umami  http://www.umamiinfo.com/). Es más, desde la lactancia se tiene una recepción del umami como sabor necesario y punto importante dentro del proceso evolutivo antes mencionado (Nelson, et al., 2002). Si es entonces la carne o el consumo de ciertos alimentos un factor importante en el mantenimiento de un costo sistema energéticamente (sistema glutamatérgico) el argumento a su renuncia o no debería estar mejor justificado. Diversos estudios en torno al consumo de glutamato muestran una propensión probablemente evolutiva, mostrando activación de estructuras como la ínsula, corteza cingulada y giro parahipocampal (Bano Singh, et al., 2015; Dermiki, et al., 2015; Nakamura, et al., 2011).

Imagen 3. fMRI scan illustrating that main activation after umami training vs activation before umami training is localized in the parahippocampal gyrus. Group paired T-test pFWE<0.05 (with SVC 10 mm) with exclusive mask by general effect at p=0.05 uncorrected minimum 5 voxels per cluster. Tomado de Bano Singh, et al., 2015
Esta activación junto con el análisis de rasgos y fuentes de energía han llevado a proponer que es necesaria un ingesta alta de energía (Mann, 2000), proteínas principalmente, debido a que la privación de las mismas, tiene que ver con la alteración de funciones cognitivas y algunos estudios controlados muestran que el suplemento de creatina (otro compuesto en la carne, en general), por ejemplo, ayuda a mejorar ciertas funciones en personas vegetarianas y omnívoras (Benton & Donohoe, 2010).

Argumento Social

Aunque no es exactamente un argumento social, he creado esta categoría para denominar las razones diferentes a las económicas y científicas. Esta categoría obedece además a la percepción de un aumento en la cantidad de individuos que optan por un "estilo de vida" particular sugiriendo una razón de aceptabilidad/competencia social. Cuando he indagado por el consumo o no de ciertos alimentos en la dieta de algunos individuos he encontrado algunas ideas recurrentes que creo no están del todo centradas en evidencia.

En un estudio intentando determinar las razones por las cuales se optaba por un estilo de vida sin el consumo de carne o la ausencia de todo alimento relacionado con animales, las principales razones para dicha decisión eran: razones religiosas, cuidado de los animales y creencias en salud (Dyett et al., 2013). Aunque la población examinada no representa las razones de todos los individuos que optan por este tipo de decisiones parecen englobar las razones a las que generalmente se aducen en ausencia de argumentos económicos y científicos.

En cuanto a las creencias religiosas o culturales es claro que el interés proviene por una norma o regla que, independientemente de las razones de evidencia que la sustenten, indican lo correcto e incorrecto. Probablemente el nacimiento de la creencia al interior de la religión no siempre haya sido na herencia cultural pero al convertirse en una directriz pierde valor preguntarse por las razones que la justifican. Dentro de esta posición, la consulta de algunas páginas vegetarianas (no hablaré de ninguna en particular) propenden por un estilo de vida en el que cambien algunos "malos valores" que se asocian con el consumo de carne. Así, la "destrucción", la "violencia", el "consumo perverso y desmedido" son características que se atribuyen a sujetos que defienden el consumo de carne. Por el contrario, ideales de "armonía", "relación estrecha con la naturaleza" y "respeto" parecen ser quienes renuncian a este estilo de vida perverso. En ninguno de los sitios una adecuada definición o el soporte de evidencia empírica, más allá de la mención a porcentajes o ideas, estaban completamente ausentes.

En segundo lugar la idea de cuidado de los animales y el "respeto" por sus derechos era otra de las razones que motivaban la ausencia en el consumo de carne y sus derivados. Las afirmaciones que sustentaban tal ideal hacen referencia al confinamiento, sufrimiento desmedido y poco respeto a los animales. Tales afirmaciones nuevamente con carencia de evidencia. En cuanto al confinamiento, llama la atención de que no se cuente con una investigación documentada sobre tales fines. Como se mencionó anteriormente, el reportaje de Kunzig (2013) menciona las condiciones de alojamiento, producción, seguridad y altos estándares de calidad en la producción y salubridad de los más grandes productores de carne en Estados Unidos. Su conclusión podría enmarcarse en no hallar perversas prácticas en cuanto al alojamiento y cuidado de los animales, no sería posible que un sistema de salud o nacional permitiera el consumo en condiciones poco higiénicas. Por otro lado, en cuanto al "respeto", dependiendo del sistema moral o de creencias la categoría asumirá diferentes perspectivas, pero nuevamente, los métodos de sacrificio y consumo, intentan disminuir al máximo la generación de estrés en los individuos. En el caso de este sacrificio y abogar por los derechos de los animales, no es más que la evidencia de un antropomorfismo de los mismos, con una poca referencia a los estudios sobre dolor o sufrimiento y guiándose únicamente por creencias sobre lo que pueden "sentir" los animales. De ser real esta relación, debería igual estar mejor documentada.

Finalmente las ideas sobre aspectos de salud, es claro que se intenta sustentar con evidencia en cuanto a las enfermedades derivadas del alto consumo de carne y grasas, así como otros problemas asociados a esta práctica. En cuanto a los estilos de vida que suprimen todo consumo de carne y productos derivados de animales, se reconoce, incluso por los individuos mismos una falta de nutrientes que deben ser suplementados teniendo riesgos en la salud (Dyett et al., 2013). Si esta fuera la razón principal para abadonar el consumo de carne, se vuelve contradictoria en tanto se reconoce el consumo de estos alimentos como la fuente necesaria de nutrientes y su exclusión como posibles fuentes de desbalance nutricional.

--César Acevedo-Triana--

ResearchBlogging.org






Referencias

Albarracin, S. L., Lareo, L. R., Juez, G., & Santos, C. (2004). Efecto de la restricción calórica aguda sobre el receptor ionotrópico de glutamato activado por N-metil-D-aspartato de cerebro de ratas en crecimiento Lecturas en Nutrición, 11 (2), 46-53

Singh, P., Hummel, T., Gerber, J., Landis, B., & Iannilli, E. (2015). Cerebral processing of umami: A pilot study on the effects of familiarity Brain Research, 1614, 67-74 DOI: 10.1016/j.brainres.2015.04.019

Benton, D., & Donohoe, R. (2010). The influence of creatine supplementation on the cognitive functioning of vegetarians and omnivores British Journal of Nutrition, 105 (07), 1100-1105 DOI: 10.1017/S0007114510004733

Berridge, K., & Kringelbach, M. (2015). Pleasure Systems in the Brain Neuron, 86 (3), 646-664 DOI: 10.1016/j.neuron.2015.02.018

Carmody, R., & Wrangham, R. (2009). The energetic significance of cooking Journal of Human Evolution, 57 (4), 379-391 DOI: 10.1016/j.jhevol.2009.02.011

Dermiki, M., Prescott, J., Sargent, L., Willway, J., Gosney, M., & Methven, L. (2015). Novel flavours paired with glutamate condition increased intake in older adults in the absence of changes in liking Appetite, 90, 108-113 DOI: 10.1016/j.appet.2015.03.002

Dyett, P., Sabaté, J., Haddad, E., Rajaram, S., & Shavlik, D. (2013). Vegan lifestyle behaviors. An exploration of congruence with health-related beliefs and assessed health indices Appetite, 67, 119-124 DOI: 10.1016/j.appet.2013.03.015

Herculano-Houzel, S. (2011). Scaling of Brain Metabolism with a Fixed Energy Budget per Neuron: Implications for Neuronal Activity, Plasticity and Evolution PLoS ONE, 6 (3) DOI: 10.1371/journal.pone.0017514

Herculano-Houzel, S., & Kaas, J. (2011). Gorilla and Orangutan Brains Conform to the Primate Cellular Scaling Rules: Implications for Human Evolution Brain, Behavior and Evolution, 77 (1), 33-44 DOI: 10.1159/000322729

Kenny, P. (2013). The Food Addiction Scientific American, 309 (3), 44-49 DOI: 10.1038/scientificamerican0913-44

Kunzig, R. (2014). El dilema del carnívoro National Geographic en español (Noviembre)

Lareo, L. R. (2006). Costo energético de procesos cerebrales con especial énfasis en aprendizaje y memoria. Universitas Scientiarium, 11(2), 77-84.

Mann, N. (2000). Dietary lean red meat and human evolution European Journal of Nutrition, 39 (2), 71-79 DOI: 10.1007/s003940050005

Nakamura, Y., Goto, T., Tokumori, K., Yoshiura, T., Kobayashi, K., Nakamura, Y., Honda, H., Ninomiya, Y., & Yoshiura, K. (2011). Localization of brain activation by umami taste in humans Brain Research, 1406, 18-29 DOI: 10.1016/j.brainres.2011.06.029

Nelson, G., Chandrashekar, J., Hoon, M., Feng, L., Zhao, G., Ryba, N., & Zuker, C. (2002). An amino-acid taste receptor Nature, 416 (6877), 199-202 DOI: 10.1038/nature726

Rotta, L., Schmidt, A., e Souza, T., Nogueira, C., Souza, K., Izquierdo, I., Perry, M., & Souza, D. (2003). Effects of Undernutrition on Glutamatergic Parameters in Rat Brain Neurochemical Research, 28 (8), 1181-1186 DOI: 10.1023/A:1024272227219

de Souza, A., Fernandes, F., & Tavares do Carmo, M. (2011). Effects of maternal malnutrition and postnatal nutritional rehabilitation on brain fatty acids, learning, and memory Nutrition Reviews, 69 (3), 132-144 DOI: 10.1111/j.1753-4887.2011.00374.x

Stone, D. (2014). Reportaje el futuro de la comida. National Geographic en español, Diciembre.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Indices de producción a todos los niveles y para todos los gustos (Redalyc 2.0, Nature Index, Scopus, Scielo Index) para países e instituciones

En una necesidad de medición y de cuantificación de resultados de múltiples aspectos, generando índices de bibliometría y/o cienciometría han aparecido toda clase de mediciones que han soprepasado los artículos, investigadores y desde hace años se han trasladado a las instituciones y países, generando múltiples mediciones, impactos, y en los casos más avanzados, se han dado resultados de excelencia, liderazgo, entre otras conceptualizaciones más elaboradas (Bornmann et al., 2012).

Imagen 1. Visión de algunos de los índices de producción y citación.
Esta amplia gama de opciones tiene la ventaja de poder cuantificar aspectos antes no tenidos en cuenta y que, por demás, no son tan sensibles a la intención de "torcer" los índices e indicadores. Una de las acusaciones que normalmente reciben las revistas, editores y autores, es la ingeniería constante por influir de forma intencional los indicadores de producción, citación o impacto (un ejemplo de estas críticas aquí). Pero más allá de tener la certeza de poder haber influido o no en estos indicadores, es poco probable que la influencia se pueda dar en los diferentes niveles de los índices. La gran ventaja de poder contar con diversos indicadores radica en tener medidas, a diversos niveles, que contrasten múltiples aspectos. La complejidad en la cual se han inmerso los sistemas de registro, brindan la posibilidad de evaluar autores, instituciones, revistas o países. La normalización, registros de citación en múltiples bases, rastreo de fuentes, índices de todos los tipos y para todos los gustos permiten que hoy por hoy el mapa de la producción ciencia tenga herramientas cada vez más complejas e informativas que constituyen un avance muy importante en el campo. En últimas, quién más se ha beneficiado son los usuarios y analistas de la información.

Pero no son solo herramientas con las cuales tomar una decisión entorno a investigadores, prestigio institucional y demás, son complejas y visualmente muy atractivas las herramientas desarrolladas por los diversos sistemas, desde coloridas e interactivas, hasta con la posibilidad de realizar todo tipo de comparaciones.

El factor de impacto es sólo una medida

La imperiosa necesidad de medir los productos, los procesos, la investigación, los resultados, o el impacto ha generado un creciente número de indicadores, algunos con mayor complejidad, que dan cuenta de una forma de la dinámica de la ciencia, pero además, aumentan la información que supera los viejos y criticados indicadores de medición (Garfield, 2006). Ni siquiera los movimientos que inicialmente se oponían a este tipo de cuantificación, han escapado de ésta. Es el caso del movimiento de acceso abierto (open access) y el intento de los países emergentes por mostrar una parte del trabajo invisible a estos grandes indicadores (McCallum, 2007). Este esfuerzo ha llevado a que los grandes índices giren su interés en poder recoger gran parte de esta información, es el caso del Scielo Citation Index, alojado en la plataforma de la multinacional privada Thompson Reuters. Quién lo hubiera imaginado hace diez años, cuando muchos de los proyectos de América Latina o los que se generaban fuera de estas grandes editoriales fueran a impactar en la atención de la producción científica mundial.

Es tal el impacto del movimiento sobre los sistemas cerrados y tradicionales, que éstos han empezado a captar y atacar lo relacionado con el tema de Open Access, grandes editoriales han tenido que seguir el juego de manejar un doble perfil con el ánimo de no perder un público interesado en intentar salir de los esquemas tradicionales. En este sentido, han cobrado importancia las mediciones en las redes sociales, que si bien, tienen la particularidad de tener que ser interpretados con precaución, también son un indicador de consumo de conocimiento científico (Sugimoto et al., 2013) y que si bien no terminan reflejándose en una cita o en una contribución al factor de impacto, se encuentra en la lógica de poder cuantificar la difusión, utilización, consumo e impacto del conocimiento científico (Priem et al., 2010).

Imagen 2. Ejemplo de mediciones de Almetrics en Scopus. Tomada de: http://editorsupdate.elsevier.com/issue-37-october-2012/the-changing-face-of-journal-metrics/

Nature Index

En esta semana, y es parte de la motivación para este post, la revista Nature ofrece su Nature Index (2013-2014). Se propone como un índicador del impacto de instituciones y países basados en la publicación de artículos en las revistas tanto del Nature Publishing Group junto con otras revistas seleccionadas (http://www.natureindex.com/). Tal como se reporta, el Nature Index pretende ser una herramienta para medir resultados de alta calidad, así como la cuantificación de participación de instituciones y países.

Imagen 3. Nature Index. Tomada de Introducing the Index 2014.
Sobresalen dos aspectos de tan visualmente atractiva herramienta. Por un lado, son ya conocidos los sesgos y problemas de artículos que se publican en revistas de muy alto impacto. No es el tema de esta entrada, pero se conoce que son múltiples los aspectos que se tienen en cuenta en las publicaciones de estas grandes revistas, además del mérito científico. Ésto sumado a la poca representatividad de las investigaciones publicadas, lo que dificulta asumir que por sí mismo, el índice es un buen indicador de la producción a nivel mundial. Revistas como Science, Nature o algunas de las de más alto impacto, están sometidas a presiones de resultados llamativos, gran cantidad de artículos y pocos espacios para publicar, lo que lleva a que lo que se muestra es solo una parte, quizás la más llamativa (no necesariamente la más real), de lo que ocurre en la ciencia (Estupinya 2009; Young et al, 2008). De hecho la credibilidad de investigaciones con el mismo valor metodológico variarán en la percepción de verdad, únicamente por el lugar donde han sido publicadas, de allí el valor del sitio de la publicación. No en vano grandes laboratorios, solo publican sus artículos en un grupo muy reducido de revistas.

Sumado a este problema de representatividad, se encuentra el asociado a la invisibilización de la ciencia de las comunidades emergentes. Que, si bien es cierto que parte de esta invisibilización procede de las mismas prácticas de la comunidad (consumiendo y desacreditando una producción de conocimiento local, el interés por publicar en revistas top desconociendo canales locales y poco uso del conocimiento producido) no se hace justicia en torno a los niveles de producción de conocimiento. Haciendo una búsqueda en este índice sobre Centro y Sur América de la producción científica, se encuentra una participación muy baja de nuestro conocimiento a nivel mundial. Si bien es cierto que tradicionalmente ha sido poco y que sólo algunos ejemplos aislados pueden compararse con la producción mundial, no es posible indicar que no se tiene una producción en aumento y que el no reflejo en los índices indica que no existe.

Imagen 4. Nature Index - Middle & South America. Tomado de: http://www.nature.com/nature/journal/v515/n7526_supp/full/515S91a.html
Sería muy interesante realizar el ejercicio de comparar la producción de estos índices, no solamente el de Nature, sino los diferentes sistemas de medida con la medición de otros indicadores más regionales, Redalyc o Scielo Citation Index, para comparar la representatividad que tienen de la producción regional. Tendría que tomarse en cuenta la forma en como son construidos y los datos utilizados para su construcción, la principal dificultad radicaría en que cada uno de estos indicadores pondera y cuantifica de forma diferente diversos aspectos. En la última imagen se puede observar el reporte de producción en Psicología en las revistas en Redalyc, que si bien, no tienen la misma naturaleza de las incluidas en otros índices, tienen la ventaja de ser más reales a la producción local. Quizás la comparación de estos indices sea estable en instituciones y países donde la mayoría de sus canales pertenezcan de forma equivalente a estas bases/organizaciones/indicadores, pero en países emergentes donde, primero la participación es muy baja y adicionalmente no se refleja el nivel de producción, estos indicadores sólo serán un referente, de alguna forma lejano, de nuestra realidad. Que son necesarios pero deben tenerse en cuenta entendiendo nuestro contexto.

Imagen 5. Tomada de www.redalyc.org
--César Acevedo-Triana--
Twitter: @cesar_acevedot


Referencias
ResearchBlogging.org
Bornmann, L., de Moya Anegón, F., & Leydesdorff, L. (2012). The new Excellence Indicator in the World Report of the SCImago Institutions Rankings 2011 Journal of Informetrics, 6 (2), 333-335 DOI: 10.1016/j.joi.2011.11.006

Estupinyá, P. (2010). El ladrón de cerebros Editorial Debate

Garfield, E. (2006). The History and Meaning of the Journal Impact Factor JAMA, 295 (1) DOI: 10.1001/jama.295.1.90

MacCallum CJ (2007). When is open access not open access? PLoS Biology, 5 (10) : 10.1371/ journal.pbio.0050285

Priem, J., & Costello, K. (2010). How and why scholars cite on Twitter Proceedings of the American Society for Information Science and Technology, 47 (1), 1-4 DOI: 10.1002/meet.14504701201

Sugimoto, C., Thelwall, M., Larivière, V., Tsou, A., Mongeon, P., & Macaluso, B. (2013). Scientists Popularizing Science: Characteristics and Impact of TED Talk Presenters PLoS ONE, 8 (4) DOI: 10.1371/journal.pone.0062403

Young, N., Ioannidis, J., & Al-Ubaydli, O. (2008). Why Current Publication Practices May Distort Science PLoS Medicine, 5 (10) DOI: 10.1371/journal.pmed.0050201




lunes, 10 de noviembre de 2014

La "guerra de la memoria" y la imperiosa necesidad de evidencia en la formación en psicología

En los últimos meses han aparecido en la revista "Psychological Science"una serie de artículos, respuestas y meta-respuestas (respuesta a las respuestas) sobre el tema de lo que se conoció en los años 90 la guerra de la memoria (Patihis, et al., 2014). El término enmarca una serie de ideas en torno a dos grupos. Por un lado la posibilidad de "reprimir" recuerdos o memorias que luego persisten a lo largo de la vida y que en la práctica clínica tiene una corriente de pensamiento y un tipo de trabajo terapéutico (regresiones, hipnosis, entre otros) versus el grupo que debate y refuta la idea de dichos mecanismos de represión (Loftus, 1993).

Pero más allá de tomar partido, casi que inevitablemente, por alguna de las dos posiciones, considero que la relevancia y el detalle del mismo sobrepasa los alcances académicos y tiene un implicación, social, judicial y por supuesto ética de los profesionales involucrados en cada uno de los grupos. Como ha sido reportado en múltiples estudios la aparición espontanea de múltiples casos de "recuperación" de memorias relacionadas con delitos fueron en los años 90 una de los hechos que, más allá de la repercusión que tuvo para los involucrados, un evento que despertaba la curiosidad no solo del hecho mismo sino también de la "fortaleza" de la evidencia acerca de hechos ocurridos hace muchos años (Loftus, 1993; Patihis et al., 2014).

Imagen 1. Carátula del libro de Elizabeth Loftus "The Myth of Repressed Memory". Tomada de University of California (ocialecology.uci.edu/faculty/eloftus/) 

Quizás lo que más llama la atención del artículo de Patihis et al., (2014) son los datos sobre los profesionales (clinicos con diversos niveles de formación, i.e, PhD, MA) encuestados que reportan solidez de la evidencia entorno a las memorias reprimidas (71% de Psy.D. y 58% de PhD en Dammeyer et al 1997; 96% de psicoterapeutas en Holanda en Wessel 1998 citados en Patihis, et al., 2010). Estudios de 2012 en Noruega reportan que más del 60% de los psicólogos con licencia tiene ideas similares sobre la solidez del recuerdo (Magnussen & Melinder 2012 citado en Patihis et al., 2014). Realizan entonces dos estudios con el objetivo de medir el impacto de estas ideas en estudiantes de pregrado en Psicología y profesionales en torno a la creencia en estas ideas.

En el primer estudio se toman las respuestas de estudiantes (N = 390) y encuentran que existe un alto porcentaje de estudiantes con ideas relacionadas con conceptos de represión de memoria y técnicas pseudocientíficas para el tratamiento (imagen 2).

Imagen 2. Tomado de Patihis et al., 2014, p. 521
En un segundo estudio les interesa comparar los datos de profesionales, estudiantes y público en general con estudios previos en ideas similares. Encuentran, por fortuna, aunque no del todo que las ideas y dudas sobre la solidez de la memoria reprimida podrían ser falsas. Lo que me gustaría resaltar del segundo estudio es la comparación que realizan con otro tipo de profesionales diferentes a los psicólogos. En la siguiente imagen (imagen 3) se observa el porcentaje de acuerdo de estas ideas con diferentes grupos, se resalta la similaridad entre las ideas sostenidas por las practicas más cercanas al terreno de la pseudociencia y las de estudiantes y público en general. Que, por demás, creo es una invitación a una mejor formación en pregrado, pero, al mismo tiempo un aumento en la difusión de resultados empíricos que permitan a la población general contar con herramientas para la elección de la alternativa con una mayor evidencia, y creo, este es un error en quienes pueden y deben prevenir a la población de lo que Sagan denominaba "traficantes en misterios".

Imagen 3. Tomada de Patihis et al., 2014, p. 528

Finalmente, no es la psicología un campo donde se insertan ideas mágicas y llenas de misterio (aunque si existe una propensión quizás en parte a las malas prácticas de sus profesionales, un post sobre replicabilidad). En un excelente relato sobre el problema de creacionismo versus evolucionismo, Coyne (2012) muestra como el problema de la creencia en teorías científicas se correlaciona negativamente con ideas religiosas (imagen 4), indicando terrenos sensibles para la educación y la sociedad en general, pero más allá de tomar partido en un debate que sobrepasa todo propósito de esta entrada, considero que el compromiso en la educación científicamente sólida (es decir, empíricamente contrastable por métodos rigurosos) es un deber social y moral.

Imagen 4. Tomada de Coyne 2012, p 2657.
--César Acevedo-Triana--
Twitter: @cesar_acevedot

Referencias


ResearchBlogging.org



Coyne, J. (2012). SCIENCE, RELIGION, AND SOCIETY: THE PROBLEM OF EVOLUTION IN AMERICA Evolution, 66 (8), 2654-2663 DOI: 10.1111/j.1558-5646.2012.01664.x

Loftus, E. (1993). The reality of repressed memories. American Psychologist, 48 (5), 518-537 DOI: 10.1037/0003-066X.48.5.518

Patihis, L., Ho, L., Tingen, I., Lilienfeld, S., & Loftus, E. (2013). Are the "Memory Wars" Over? A Scientist-Practitioner Gap in Beliefs About Repressed Memory Psychological Science, 25 (2), 519-530 DOI: 10.1177/0956797613510718

Sagan, C. (1981). Sonámbulos y traficantes en misterios: sentidos y sinsentidos en las fronteras de la ciencia. En El Cerebro de Broca. Barcelona: Grijalbo.

viernes, 4 de abril de 2014

Editorial: "Brain Waves" Nature, 508, 8

La editorial de Nature de esta semana (2 de abril, 2014) menciona el impacto de la gran cantidad de datos en neurociencia y la necesidad por comenzar a integrarlos en teorías explicativas. Adicionalmente se publican dos artículos, en este mismo número, sobre la expresión de genes durante el neurodesarrollo prenatal y la descripción de conexión en detalle de estructuras cerebrales en ratón, respondiendo a los proyectos desarrollados por el Instituto Allen (www.brain-map.org) y a propósito de un año del anuncio del proyecto BRAIN.


Si bien, es conocido por todos el anuncio de grandes proyectos en neurociencia y a esto se le ha denominado "big neuroscience", la falta de un marco teórico que permita soportar algunos de estos grandes hallazgos pareciera que dejan en el limbo estos hallazgos y las especulaciones fantasiosas comienzan su curso.
Pero no es posible esperar tener el conocimiento acabado de la forma y función de la estructura cerebral, debido a múltiples razones. Por mencionar dos. La primera, los avances tecnológicos permiten que la investigación aumente el conocimiento sobre la estructura y función. Segundo, es relativamente reciente el estudio y entendimiento de la constitución del tejido nervioso. Por lo anterior, la construcción de conocimiento en neurociencias lentamente cambia paradigmas biológicos y nos permite una flexibilidad en la integración con explicaciones.

Lo que se espera con estos grandes proyectos es poder constituir un marco teórico y explicativo más amplio y basado en evidencia, así como permear otro tipo de disciplinas que están íntimamente relacionadas con el funcionamiento cerebral.

--César Acevedo-Triana--

sábado, 8 de febrero de 2014

Neuroanatomía molecular: un área derivada de grandes esfuerzos

Dentro de los grandes proyectos en neurociencia como The Human Brain Project (HBP), Blue Brain y BRAIN (Brain Resource And Information Network) se han desarrollado estrategias y mecanismos tecnológicos necesarios para alcanzar los ambiciosos objetivos de entendimiento, comprensión y control del cerebro. Esto quiere decir que junto con los ambiciosos proyectos en cuanto a determinar la estructura y función del cerebro, también ha crecido el desarrollo tecnológico y bioinformático. Dentro de los avances tecnológicos derivados de las técnicas de la anatomía molecular se encuentran los atlas que rastrean la expresión de estos genes. Uno de los más llamativos es el desarrollado por Allen Institute for Brain Science que ha mostrado de forma educativa y amigable la forma de expresión del genoma en el cerebro tanto de ratón como humano (www.brain-map.org).
Figura 1. Tomado de: http://www.extremetech.com/extreme/154756-scientists-grow-a-mouse-brain-that-looks-like-a-humans

Uno de los campos derivados inicialmente y que han surgido hoy en día con objetivos propios es la neuroanatomía molecular. Ésta se ha definido como un campo que intenta determinar la expresión de los genes que funcionan o se activan en determinadas áreas cerebrales (Polock, Wu & Satterle, 2014). Esto, ha llevado a que los avances en técnicas genéticas permitan un avance en los métodos para manipular y entender las estructuras cerebrales utilizando principalmente modelos animales.

Figura 2. Tomado de Hager et al., 2012. Mouse brain sketch highlighting the analysed brain parts.(a) For each of the brain parts and body weight we show the corresponding genome scan with peaks identifying main loci, their location and chromosome number. Where individual peaks are shown, the red lines denote genome-wide significance and the grey line is the suggestive threshold. (b) The quantitative trait locus cluster maps provide a global whole-genome summary of mapping results for all key traits in the form of colour-coded horizontal bands—one per trait, extending from proximal chromosome 1 to distal chromosome X. Regions of more intense colour correspond to linkage peaks and the colours also encode whether the B allele (blue) or the D allele (red) contributes to large weight and volume. Body, body weight; BLA, basolateral complex; brain, overall brain weight; CB, cerebellum; CX, cortex; HP, hippocampus; LGN, lateral geniculate nucleus; OB, olfactory bulb; STR, striatum.

Aproximaciones como la neuroanatomía molecular parten de la base de que las células neuronales expresan una gran cantidad del genoma de los individuos. De hecho, se ha encontrado que las neuronas y en general las células del tejido cerebral expresan un alto porcentaje de todo el genoma de los individuos (Polock et al., 2014). Esta característica presenta dos problemas: el primero es que no es posible determinar fácilmente patrones de expresión de genes entre las áreas y segundo que los métodos de manipulación genética suelen estar limitados a unos pocos genes cuando se realizan técnicas de "ingeniería genética".

Aparte de estos problemas, y algunos otros en cuanto a las técnicas utilizadas en anatomía molecular, se encuentra que el gran aporte de esta nueva área es poder integrar dos niveles de análisis para explicar fenómenos de tipo anatómico y de tipo funcional. Es decir, las áreas cerebrales que cumplen alguna función específica deberán tener patrones de expresión similares para poder tener una equivalencia en cuanto a la identidad fisiológica. Aunque esta idea ha sido parcialmente evidenciada con técnicas de neuroanatomía molecular (como por ejemplo, atlas cerebrales, animales manipulados genéticamente y técnicas de control de circuitos a partir de estimulación externa), también se ha encontrado que las áreas generalmente responden de una forma homogénea a los cambios genéticos que se generan en un determinado sitio.

Otro punto a favor de los estudios en neuroanatomía molecular está dado por lo modelos biológicos que utilizan. Así, y como desde hace muchos años se reconoce en cuanto a la similitud genética de las especies, los sujetos utilizados en los estudios de neuroanatomía molecular muestran no solo genes similares, sino patrones de expresión similares entre diferentes especies para algunas funciones o expresión de proteínas, receptores y sustancias neuronales. Cabe señalar que a pesar de estas similitudes también se reportan diferencias propias del desarrollo ontogenético de cada especie que señalarían una marca filogenética resultado del proceso de evolución (Zeng et al., 2012).

Así, se ha encontrado en un estudio en el que los autores intentan comparar la expresión de genes de la corteza visual y temporal entre ratón y humano que existe un muy alto porcentaje (70% aproximadamente) de similitudes en los genes de expresión en estas áreas (ver Figura 3). De la misma forma los autores encuentran una variación en algunos genes que podrían corresponder a diferencias de especie o diferencias individuales entre los individuos. Ésta última explicación sería acorde a los estudios de conectómica que señalan que si bien la forma esencial de comunicación entre las áreas es la misma, la variación en la estructura cerebral podría corresponder a un patrón de conexión determinado por la experiencia y relación con el ambiente. 

Figura 3. Tomada de Zhen et al., 2012. Cross-species comparison in both visual (vis) and temporal (te) cortices. The pie chart shows the number and percentage of genes (out of 611 total) with human-mouse expression difference (level or pattern combined) in either visual or temporal comparisons.
Estos proyectos de conectómica se enmarcan dentro de grandes esfuerzos por determinar los patrones de conexión que subyacen al desarrollo. En el caso de los humanos el NIH Neuroscience Blueprint Human Connectome Project tiene como propósito determinar la conección de estructuras cerebrales en 1200 adultos, haciendo uso de herramientas genéticas, comportamentales y de neuroimagen. Otros proyectos complementarios, con una visión comparada, intentan dar una explicación más completa de nuestro desarrollo y evolución. Así, el Brain Architectura Project, the iConnectome y Allen Mouse Brain Connectivity Atlas utilizan en modelos animales marcadores anterógrados y retrógrados, adenovirus y grandes dispositivos en microscopía e ingeniería genética que intenta determinar también patrones de conexión (Pollock et al., 2014).

En el caso de los humanos ha sido importante encontrar que la expresión de genes se relacionan de forma consistente con funciones previamente conocidas. Es decir, al relacionar genes determinados con la expresión de neurotransmisores por ejemplo, se encuentra que éstos se expresan en los sitios que se habían identificado por medio de otro tipo de técnicas tradicionalmente. Este método permite hacer validación metodológica de técnicas de citoarquitectura anteriores.

Figura 4. Tomado de: www.sistemanervoso.com
Este campo de neuroanatomía molecular ha cambiado el carácter de centralidad en las células (neuronas y glía) y se ha volcado sobre el entendimiento molecular como un nivel de análisis necesario para comprender la estructura y funcionamiento cerebral. No es de sorprender que estos estudios traigan consigo nuevas preguntas y desafíos, pues es éste el seguir de la ciencia. Siguiendo a Pollock (2014), dentro de las preguntas a responder en los próximos años con la ayuda de esas nuevas herramientas (optogenética, conectómica, imágenes cerebrales, ingeniería genética, control de circuitos) serán: ¿es posible identificar tipos de células con base en su conexión y su perfil genético?¿qué impacto tienen en el funcionamiento?¿podemos activar genes (que de hecho si se puede) para modificar una función celular?¿es la tecnología nanomolecular más importante que las técnicas tradicionales para entender la estructura?

--César Acevedo-Triana--

Referencias

ResearchBlogging.org
Hager, R., Lu, L., Rosen, G. D.,  & Williams, R. W. (2012). Genetic architecture supports mosaic brain evolution and independent brain body size regulation Nature Communications, 37 (1079) DOI: 10.1038/ncomms2086

Pollock, J., Wu, D-Y., & Satterlee, J. S. (2014). Molecular neuroanatomy: a generation of progress. Trends in Neuroscience, 37 (2), 106-123 DOI: 10.1016/j.tins.2013.11.001 

Zeng, H., Shen, E. H., Hohmann, J. G., Oh, S. W., Bernard, A., Royall, J. J., & Jones, A. R. (2012). Large-scale cellular-resolution gene profiling in human neocortex reveals species-specific molecular signatures Cell, 149 (2) DOI: 10.1016/j.cell.2012.02.052