Pero más allá de tomar partido, casi que inevitablemente, por alguna de las dos posiciones, considero que la relevancia y el detalle del mismo sobrepasa los alcances académicos y tiene un implicación, social, judicial y por supuesto ética de los profesionales involucrados en cada uno de los grupos. Como ha sido reportado en múltiples estudios la aparición espontanea de múltiples casos de "recuperación" de memorias relacionadas con delitos fueron en los años 90 una de los hechos que, más allá de la repercusión que tuvo para los involucrados, un evento que despertaba la curiosidad no solo del hecho mismo sino también de la "fortaleza" de la evidencia acerca de hechos ocurridos hace muchos años (Loftus, 1993; Patihis et al., 2014).
Imagen 1. Carátula del libro de Elizabeth Loftus "The Myth of Repressed Memory". Tomada de University of California (ocialecology.uci.edu/faculty/eloftus/) |
Quizás lo que más llama la atención del artículo de Patihis et al., (2014) son los datos sobre los profesionales (clinicos con diversos niveles de formación, i.e, PhD, MA) encuestados que reportan solidez de la evidencia entorno a las memorias reprimidas (71% de Psy.D. y 58% de PhD en Dammeyer et al 1997; 96% de psicoterapeutas en Holanda en Wessel 1998 citados en Patihis, et al., 2010). Estudios de 2012 en Noruega reportan que más del 60% de los psicólogos con licencia tiene ideas similares sobre la solidez del recuerdo (Magnussen & Melinder 2012 citado en Patihis et al., 2014). Realizan entonces dos estudios con el objetivo de medir el impacto de estas ideas en estudiantes de pregrado en Psicología y profesionales en torno a la creencia en estas ideas.
En el primer estudio se toman las respuestas de estudiantes (N = 390) y encuentran que existe un alto porcentaje de estudiantes con ideas relacionadas con conceptos de represión de memoria y técnicas pseudocientíficas para el tratamiento (imagen 2).
Imagen 2. Tomado de Patihis et al., 2014, p. 521 |
Imagen 3. Tomada de Patihis et al., 2014, p. 528 |
Finalmente, no es la psicología un campo donde se insertan ideas mágicas y llenas de misterio (aunque si existe una propensión quizás en parte a las malas prácticas de sus profesionales, un post sobre replicabilidad). En un excelente relato sobre el problema de creacionismo versus evolucionismo, Coyne (2012) muestra como el problema de la creencia en teorías científicas se correlaciona negativamente con ideas religiosas (imagen 4), indicando terrenos sensibles para la educación y la sociedad en general, pero más allá de tomar partido en un debate que sobrepasa todo propósito de esta entrada, considero que el compromiso en la educación científicamente sólida (es decir, empíricamente contrastable por métodos rigurosos) es un deber social y moral.
Imagen 4. Tomada de Coyne 2012, p 2657. |
Twitter: @cesar_acevedot
Referencias
Coyne, J. (2012). SCIENCE, RELIGION, AND SOCIETY: THE PROBLEM OF EVOLUTION IN AMERICA Evolution, 66 (8), 2654-2663 DOI: 10.1111/j.1558-5646.2012.01664.x
Loftus, E. (1993). The reality of repressed memories. American Psychologist, 48 (5), 518-537 DOI: 10.1037/0003-066X.48.5.518
Patihis, L., Ho, L., Tingen, I., Lilienfeld, S., & Loftus, E. (2013). Are the "Memory Wars" Over? A Scientist-Practitioner Gap in Beliefs About Repressed Memory Psychological Science, 25 (2), 519-530 DOI: 10.1177/0956797613510718
Sagan, C. (1981). Sonámbulos y traficantes en misterios: sentidos y sinsentidos en las fronteras de la ciencia. En El Cerebro de Broca. Barcelona: Grijalbo.
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