martes, 7 de enero de 2014

Contar historias o hechos: quién se beneficia y quién se perjudica

En el número de noviembre y octubre de 2013 la revista Nature Methods ha surgido un debate que ha sido latente entre comunidades científicas y comunidad no científica. Es difícil mantener una división en este sentido (científico versus no científico), pero por propósitos ilustrativos vamos a suponer que la comunidad científica hace referencia a aquellos individuos que trabajan haciendo ciencia (con esto quiero señalar a cualquier científico en cualquier campo, aunque no es tan evidente ni real partiré de la base que utiliza el método científico en su trabajo y con esto se convierte en científico). Ahora bien, la comunidad no científica hace referencia al público que no trabaja en el campo "científico" específico, pero que podría ser científico en otro campo. Esta complicada y confusa división la realizo para ilustrar la disputa entorno a la comunicación de resultados científicos a una comunidad de no expertos .

El debate consiste en preguntarse ¿deberían los científicos transmitir sus resultados tal cual como son obtenidos, aunque sean incomprensibles y estériles a una comunidad no experta (o no científica)? o ¿debería utilizar recursos "literarios" como si fueran narradores de historias para que el público no experto comprenda estos resultados?. Respuestas impulsivas en cualquiera de las dos preguntas pueden tener implicaciones difíciles de sostener y perjuicios a largo plazo. Más aun, podría haber una tercera opción, que personas diferentes a los científicos, periodistas por ejemplo, comunicaran los resultados de los científicos (una práctica común pero que termina generalmente en una distorsión de la información). Permítanme presentar cada uno de los panoramas.

El primer panorama es en el cual los científicos transmiten sus resultados tal como son obtenidos y sin delimitar y acotar sus implicaciones. Voy a utilizar un estudio reciente y que podría sugerir varias implicaciones. El estudio que utilizaré apareció en la revista Molecular Psychiatry y lleva por título: "Discovery and validation of blood biomarkers for suicidality" (Le-Niculescu, et al., 2013). En este estudio un gran equipo de autores estudiaron cuatro grupos (3 de estos grupos habían sido diagnosticados con enfermedades mentales -dos grupo de trastorno bipolar y uno de esquizofrenia y 1 grupo postmortem). Se realizó una escala sobre depresión que contiene una subescala sobre ideas suicidas en los grupos de EM y se realizó una relación entre la expresión genética y las puntuaciones altas de la escala de ideas suicidas. Finalmente se comparó la expresión de genes de cerebros postmortem. Los investigadores concluyen su estudio con varios genes (biomarcadores) que podría constituir un factor de riesgo alto y bajo para conductas suicidas (no explicaré en detalle este estudio ya que espero exponerlo en un post aparte). Supongamos que alguno de estos investigadores es invitado a una charla con personas de todas las edades para contar su estudio. Probablemente en este escenario el científico se centre en los métodos estadísticos y experimentales que validen como es posible que compare grupos de personas con diferentes trastornos, diferentes tratamientos y cerebros de personas fallecidas. Al no tener la población un conocimiento homogéneo sobre los métodos experimentales para el entendimiento del método el estudio podría crear la falsa sensación de causalidad, ya que los datos reportados son correlaciones que si bien muestran posibles relaciones no implican causalidad. El problema de esta primera visión está en suponer que la divulgación de los resultados supone un nivel de conocimientos necesarios que no siempre se logran en una población de forma homogénea.

Fig 2. Convergent Functional Genomics approach for identification and prioritization of genomic biomarkers for suicidality. Tomado de: Le-Niculescu, et al., 2013
El segundo panorama, con el mismo estudio, sería intentar explicar cómo es posible que una enfermedad mental y mediante ejemplos e historias fáciles de digerir tratar de centrarse en la explicación de la enfermedad mental y la relación con biomarcadores, qué se constituye en biomarcador y como esto se relaciona con la conducta suicida. En este punto probablemente la sensación del público sea más alentadora y se crea que el estudio se ha comprendido mediante los ejemplos e historias utilizadas por el científico para tratar de ilustrar y presentar el estudio. Sin embargo, el problema de los métodos experimentales, estadísticos o de comprensión de las limitaciones de las características que se expresan y la complejidad de la conducta no sea solucionado y mucho menos pueda identificarse. Este tipo de posición fácilmente podría distorsionar los resultados, en tanto, los ejemplos e historias son únicamente recursos pedagógicos, pero que fácilmente podrían sobredimensionarse o distorsionarse. Creo que en este punto fácilmente al perder el rigor científico y la utilización de conceptos y herramientas de crítica lleven a distorsionar los resultados y las implicaciones. En el intento por facilitar los resultados para que la comunidad no científica "entienda" la investigación se pueden perder los límites y la particularidad de los estudios, generando falsas expectativas.

El tercer y último panorama es en el que una persona ajena a la investigación y que no tiene la formación suficiente para interpretar los resultados, termina intentando explicar el estudio. En este caso es la forma como algunos medios de comunicación divulgan la noticia de marcadores para el suicidio y cómo es posible identificar estas conductas antes de que ocurran para prevenir suicidios -esta conclusión que de hecho es expuesta de forma algo irresponsable por los investigadores; aunque me atrevería a pensar en una utilización a propósito de la afirmación como una forma de aumentar el impacto del artículo sobre los revisores y editores de la revista; no olvidemos que es una revista del Q1 en Scopus-. Es difícil que una vez que la noticia ha sido difundida se pueda explicar en detalle que algunas de las afirmaciones llamativas del estudio son en realidad hipótesis que podrían derivarse del mismo pero que carecen de evidencia. Considero que este tipo de divulgación es incluso más peligrosa ya que ya no son los científicos sino sus intérpretes quienes presentan los resultados con una mirada diferente y que suene atractiva. Estoy de acuerdo con Gutierrez & Rodríguez (2012) cuando afirman que el científico tiene una responsabilidad social en la difusión de su conocimiento y que es el sistema educativo el que debería proveer a los individuos las herramientas necesarias para la comprensión de los hallazgos científicos, pero no estoy de acuerdo en afirmar que sean los periodistas en el método híbrido quienes se encarguen de esta difusión, tampoco estoy de acuerdo con que el lenguaje deba ser diferente al utilizado ya que esto sugiere una pérdida de rigurosidad y tendría las limitaciones del segundo panorama que presenté.

Desde mi punto de vista considero que la opción viable es la primera en donde el científico trnasmita sus resultados, mostrando las limitaciones e intentando aumentar la cantidad de información (sin perder la rigurosidad ni tomando figuras que pueden distorsionarse fácilmente) que sea necesaria para el entendimiento de los resultados. En este caso la responsabilidad de difusión aumenta y el complemento de esta vía deberá estar acompañada por un cambio en los sistemas educativos, de lo que denominan Vadillo y Matute, el pensamiento crítico, y que consiste en la evaluación crítica de los métodos de evidencia, mientras que no se de una educación que permita el entendimiento de métodos de investigación no será fácil la difusión y entendimiento de las investigaciones científicas.

--César Acevedo-Triana--

Referencias

ResearchBlogging.org
Editorial (2013). Should scientists tell stories? Nature Methods, 10 (11), 1037-1037 DOI: 10.1038/nmeth.2726

Gutiérrez, M. F., & Rodríguez, J. A. (2012). Científicos y periodistas en la divulgación de la ciencia. Un problema de responsabilidad social Revista Colombiana de Bioética, 7 (2), 35-44.
 H Le-Niculescu, D F Levey, M Ayalew, L Palmer, L M Gavrin, N Jain, E Winiger, S Bhosrekar, G Shankar, M Radel, E Bellanger, H Duckworth, K Olesek, J Vergo, R Schweitzer, M Yard, A Ballew, A Shekhar, G E Sandusky, N J Schork, S M Kurian, D R Salomon, & A B Niculescu III (2013). Discovery and validation of blood biomarkers for suicidality Molecular Psychiatry, 18, 1249-1264 DOI: 10.1038/mp.2013.95

Katz Y (2013). Against storytelling of scientific results. Nature Methods, 10 (11) PMID: 24173378

Krzywinski M, & Cairo A (2013). Reply to: "against storytelling of scientific results". Nature Methods, 10 (11) PMID: 24173379

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